[size=large]Seguna parte:La Bretaña[/size]


Al día siguiente iniciamos los preparativos para continuar el viaje.



No todos viajamos igual.


Una vez iniciada la marcha llegamos a Blaye,cuya ciudadela es patrimonio mundial de la Unesco,y un puerto fluvial.




Proseguimos la marcha y entramos a suministrarnos de provisiones para los dos siguientes días en un supermercado de una cadena muy conocida por aquí.


Una vez con la maleta llena de provisiones continuamos la ruta por autopista,la cual nos llevaría hasta La Bretaña,pero antes una paradita para reponer fuerzas en un área de servicio.Hay que destacar que esta áreas,al igual que pasa también en Alemania,están muy bien equipadas,al contrario de lo que pasa aquí en España.En este aspecto nos llevan varios años de adelanto.




Ya nos acercábamos a nuestro destino,ahora tocaba decidir si por autovía o por carreteras comarcales,elegimos lo segundo.


Llegamos a Pontorson en donde encontramos un camping de demasiado lujo,al ir a inscribirnos nos dicen que este lugar no es para tiendas de campañas,solo para caravanas.Como no estábamos dispuestos a alquilar uno de sus bungalows superfashion nos recomendaron otro camping que había a cuatro kilómetros en dirección a Saint Michel,concretamente en la pequeña población de Beauvoir.Así que para allí nos fuimos con nuestra caravana plegable del decathlon.


Con la tienda ya montada una visita a Pontorson,y a su oficina de turismo,en donde recopilamos información de que poder ver en la zona.Como era lógico nos recomendaron visitar el Mont Sant Michel,incluso de noche,y la route de la Baie.Al regreso al camping:Una mesa para dos por favor.


Al día siguiente nos fuimos para visitar aquello que era parte de nuestro destino,el Mont Saint Michel.
Pero antes pudimos ver como no solo en Holanda o en la Mancha,aquí en España,hay molinos,en este caso convertido en museo y que lo utilizan como reclamo a los turistas en una de las muchas tiendas de venta de Sidra.Eso si la estampa del molino de viento entre campos de maíz nos encantó.


Saliendo de Beauvour ya se puede divisar la silueta de tan magnifica construcción.


Y tal y como te vas acercando te vas sorprendiendo mas y mas de su belleza.No pude resistirme a hacer esta foto.


Nos dirigimos al parking,en donde previo pago de la correspondiente tasa,nos dejaron aparcar muy cerca de la puerta principal,y es que tienen un sitio específico para las motos.




También se advierte mediante carteles el horario de las mareas para que retires el vehículo antes de que suba esta.Nosotros llegamos con la marea,y no subiría hasta por la noche.


Un afotillo mas antes de entrar.


Una vez dentro de la fortaleza,la cantidad de gente se vuelve mayor,y es que el calor aprieta y se busca cualquier sombra para resguardarse.No me quiero ni imaginar lo que serán estos mismos lugares en pleno agosto.Un entramado de calles estrechas y la principal con multitud de negocios de hostelería y tiendas de souvenir te hacen ver en el negocio que se a convertido esta curiosidad de la naturaleza.














Una vista del aparcamiento desde el interior.


Una vez dentro visitamos la capilla de San Martín.


Pero si realmente se le quiere sacar provecho a esta visita hay que entrar en la abadía,eso si pagando la entrada la cual cuesta 8'5 euros por persona,pero que los pagas muy a gusto una vez que te das cuenta de lo que te perderías si no lo hicieras.Una foto de la fachada románica de la iglesia Abacial del siglo XII.


El claustro,uno de los lugares mas fotografiados.




Una de sus salas,en concreto la de los caballeros.Que ha servido a lo largo de la historia como taller para los prisioneros y como lugar de estudio y trabajo para los monjes.


La rueda,construcción en madera que servía mediante la fuerza de los presos para subir los alimentos a los propios presos que se encontraban en la Abacial,transformada en prisión en el 1820.


Una con islote de Tombelaine al fondo.


La baia vista desde las murallas.






Y esta desde la misma playa.




Una última foto como homenaje a nuestra moto que tantas alegrías nos a dado y que nos a llevado a tantos sitios.


Una vez finalizada la visita nos fuimos para poder verla y fotografiarla desde otros sitios menos conocidos por la gran mayoría de turistas.




Y para ello tuvimos que hacer algún que otro tramo por carreteras no asfaltadas,y en los que echamos en falta no llevar una trail,pero que la VFR cumplió a la perfección.


Nos despedimos del Mont Saint Michel,y aconsejamos a todo aquel que pueda que lo visite por lo menos una vez.


Día de turismo completado y a descansar al camping.Al día siguiente hicimos "la "Rute de la Baie" que nos habían recomendado anteriormente.Una pequeña capilla en el interior de una roca,la grotte de Saint Georges.


Luego en Roz Sur Couesnon pudimos observar desde un mirador toda la bahía de Saint Michel.




Mas tarde la ruta nos llevaría hasta el Telégraphe de Chappe en Saint-Marcan.




Seguidamente llegamos a la Chapelle Sainte-Anne.




Luego nos encontramos con algunos vehículos curiosos,como este coche-caravana.


O barcos con ruedas.En este caso las llevan por ser mejilloneros y poder entrar y salir del agua por sus propios medios debido a la gran diferencia que hay en el agua por las mareas.


Una muestra de lo que estos barcos extraen del mar.Cajas y cajas repletas del preciado molusco.


También pudimos ver que existe restaurantes que se pueden "lamer".Lo que no sabemos es que sabor tienen.


Aunque esta no es una crónica de una salida trail,también nos hicimos nuestros pinitos por algunas pistas o carreteras en no muy buen estado,esta finalizaba en el mar,y como podéis comprobar el asfalto deja mucho que desear.¿esto es trail? .


Proseguimos la ruta que nos llevó hasta Cancale,pequeño pueblo de pescadores y en el que el marisco es su fuerte.




Seguidamente llegamos al cabo Pointe du Grouin.









Nuestro siguiente destino sería Saint-Malo una ciudad amurallada y que nos gustó especialmente.


Vistas a la playa de Bon Secours.










En su puerto deportivo hay pequeñas embarcaciones pero también suelen atracar barcos escuela,como en este caso uno Alemán.




Tras la visita a Saint-Malo nos dirigimos a lo que sería la penúltima visita turística del día,el Cap Frehel,en donde allí se podían apreciar restos de la guerra.










Regresamos para el camping y como estábamos a tan solo cuatro kilómetros del Mont Saint Michel decidimos ir a visitarlo de noche.Nos sorprendió mas si cabe que de día.y pudimos pasear por sus calles encontrándonos apenas a cuatro o cinco personas.Lástima que la cámara de fotos no pueda captar bien lo que es aquello de noche.



Fin de La segunda parte.Continuará.................................. .......................