A veces me pregunto por qué las trail quedan relegadas en las revistas a las páginas de las motos de asfalto, donde lógicamente en las comparativas quedan en muy mal lugar respecto a las motos deportivas. También parece que cada vez se hacen menos modelos trail, como si quisieran que desaparecieran.

Y por qué se promociona tanto la moto super radical RR, al contrario de lo que veo en publicaciones extranjeras. Hasta hace cuatro días, mientras los seguros lo permitían, la moto más vendida era la Honda CBR600, seguida de la Yamaha R6. Una aberración contra-natura de las ventas en Europa, que motos derivadas directamente de los circuitos se vendan más que motos lógicas con menores costes de mantenimiento, como las sport-turismo estilo Fazer, o nuestras queridas trail.

¿Nos gustan los colorines a los españolitos, o nos los meten las revistas por los ojos a embudo, a rebufo de "la afición más grande del mundo"?

Tengo una teoría. Muchos talleres viven muy bien de las motos deportivas.
Revisiones cada 5.000 km, ruedas a 300 € cada una, que no se te caiga porque cambiar los plásticos cuesta un ojo de la cara, pero sobre todo, se pasan de moda en tres años. Las motos y los equipamientos. Con una moto menos a la moda puedes ir guapetón con ropa más usada, pero en una moto super-moderna modelo de este año, si vas con un mono de hace 10 años, cantas como una almeja.

Aparte, darse un superporrazo con una superdeportiva es mucho más fácil, y por tanto, jubilarla por siniestro. Y destrozar el mono, las botas, el casco...

¿Y las enduro radicales? Bueno, si te gusta el campo y te compras una moto de carretera y una de campo radical, pues los fabricantes han vendido dos motos, y no una.

En definitiva, que el grandísimo negocio que generan las motos radicales no lo generan las motos polivalentes como las trail.

¿Qué os parece mi teoría?