El Sabado me las prometía muy felices, salí de Mérida para Cáceres todo por campo, hacía siglos que no lo hacía.
En eso que una salida de cadena me hizo ver que el kit de arrastre estaba para el arrastre y que atrás del todo seguía sin tensar la cadena así que decidí tirar para casita y dejarlo para mejor ocasión.
Ya puestos decido cortar por el camino más directo, el cual tiene un vadeo curiosito y que tengo más que pateado. Pero esta vez el remojón no le sentó bien a mi socia y decidio parase casi al final del baño.
Sacarla del baño fueron unos cuatro metros y rendirme fueron otros tantos, esto me llevó unos cuarenta minutos de ir quitando peñascos de delante de cada rueda avanzar algo y volver a apartar piedras. Ea pues ya está mi amiga fuera del agua, ahora el asfalto está cuatro km, llamo al seguro y me mandan a la grua.
Como me huelo que no querrá entrar en el campo me voy tirando para el pueblo para tratar de hacer algo de fuerza. El gruista ya me dice por teléfono que en el campo no entra con el barro que hay.
Una vez nos juntamos, despues de 4km con las botas de enduro empapadas y los tobillos en carne viva, empezamos "reñir" si entra o no. Ve como está el camino y decide meterse, según vamos avanzando cada vez me lo pone más negro y me insiste en que no va a poder continuar.
Empezamos a pillar barro y charcos que tengo que pasar a pie para que el chofer vea la profundidad que hay, uno tras otro los vamos pasando hasta que elcamino se estrecha y no permite el paso de la grua.
Yo pensé, este me manda al carajo, pero muy decidido se baja diciendo "habrá que empujar". Nos chupamos un km de barro charcos y piedras, solo se quejó de lo fría del agua cuando le pasó por encima de las botas.
Cuando por fin vemos la moto, no se creía que hubiese pasado por donde lo hice y una vez llegado a la moto me confesó su motivación, sus palabras textuales fueron "te ayudo porque tengo moto y me gusta, que sino te daban por culo".
A partir de ahí un km hasta la grua empujando la moto primero por un barrizal y luego por una cuesta que nos costó cinco descansillos y media vida.
Motito al camión conducción de dulce para salir de allí con la moto de pie en la grua, unos pocos kilómetros de asfalto, una conversación superagradable y por fin en casita con los pies pelaos y los güevos empapaos. Yo salí con la moto a campear y estas cosas pasan, pero el amigo Jose estaba currando y se pegó una paliza que no está en la nómina.
Así que lo menos era volver a darle las gracias desde aquí.
VVVS para Jose con su Harley y con su grua, si no es por él todavía estoy jodido.