Papa Cacheno tenía ganas de andar en moto este domingo, Edu y un servidor también, así que a la hora acostumbrada nos ponemos en marcha.
Aunque parezca mentira, en las Bmw también se pueden montar “accesorios” que no tienen porqué ser de la marca.
El dia amenaza lluvia, aunque los primeros km los hacemos en seco.
Por la pinta que tiene hacia donde vamos, no sé si duraremos secos mucho rato.
Y efectivamente enseguida se pone a llover y declaramos la “salida en mojado”, pantalón de plástico y “palante”.
Y el “accesorio”, que a pesar de no ser Bmw, sirve para todo.
Sin parar de llover cogemos un camino que nos lleva a cotas más altas.
Pronto aparecen los restos de temporales pasados.
A esta altitud, la lluvia no tarda mucho en convertirse en nieve.
Que bien se lo pasan, son como niños.
La verdad es que entre la nieve que cae y la que queda de dias atrás, el monte está precioso.
Llevamos alrededor de 15 km bajo la nevada gozando como niños pequeños, los tres vamos bien calzados de delante y eso en estas circunstancias es un puntazo.
La pista poco a poco va descendiendo y la nieve desaparece, !!otra vez agua!!
Y a almorzar que nos vamos.
Con la que le está cayendo todo el dia y aun tiene sed.
Cacheno se empeña en invitarnos a almorzar por su nueva paternidad y por no pegarle un par de hos*** le dejamos pagar. Como se reían los del bar cuando me vieron mirar para arriba y decirle
-a que te meto una hos***, la próxima vez me subiré a una silla.
Hay que volver rápido a casa ya que el grandullón tiene que ir a ver a su retoño.
Pero aún nos dejara parar a fumarnos un cigarrito.
!!Que pequeño eres Cacheno.!!
Y de aquí directos para casa, después de 167 km de disfrute total.
Un saludo y hasta la próxima
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uro:
un abrazo campeón.