Me lo he pasado en grande, y además todo salió redondo: el recorrido perfecto, el día perfecto (ni frío ni calor y un sol radiante), la compañía perfecta, la brasería que encontramos de chiripa perfecta, el albergue perfecto, los vadeos perfectos (no las tenía todas, con lo que ha llovido este año y el deshielo temía que un par de ellos fueran peligrosos),
llegamos a la hora perfecta a todas partes, el ritmo perfecto...
cada minuto era una gozada.
Muchas gracias a todos por ser como sois y hasta la próxima.