El camping de Anzánigo es un lugar entrañable y carismático para nosotros que hace tiempo que no pisábamos. Teníamos ganas incluso de ver a Emilio (conocido por algún forero como El Uñas) así que cargamos las motos con los bártulos y cogimos carretera y manta en dirección al Pirineo de Huesca.
En ese camping siempre encuentras a alguien conocido y siempre se respira aire motero (Guti, un saludo que sabemos que lo vas a leer ;-) )
Llegamos, montamos el chiringuito que es sencillito pero no nos falta de nada porque en el camping hay que estar como en casa. En esta época del año es un gusto subir por esta parte por lo fresco que se está y más este año, con lo que ha llovido está todo muy verde.
Estrenando maletas y cocina portátil.
Madrugamos y nos fuimos de excursión a San Juan de la Peña y los alrededores de Jaca
San Juan de la Peña (monasterio nuevo)
Centro de interpretación de la Naturaleza
San Juan de la Peña viejo
Camino de Jaca, al fondo se ve Candanchú
Santa Cruz de la Serós
De ahí fuimos camino del Valle de Hecho aunque no llegamos porque nos desviamos por una pista asfaltada que te lleva a Jaca.
Jasa
Camino de Jaca
Justo al llegar a Jaca cayó una gran tormenta que aprovechamos para ir a comer como unos señores y degustar los grandes manjares altoaragoneses como estas migas altoaragonesas o estas alubias.
San Glas estuvo de nuestra parte porque después de comidos y servidos paró de llover. Por cierto, buen servicio y precio en un restaurante del centro, el Lilium, ibamos mentalizados para un sablazo por la zona, la pinta del local y las fechas, y nos sorprendió gratamente.
Bajamos al camping de Anzánigo tranquilamente y pasamos una noche estupenda en un estupendo ambiente motero y bien acompañados por mosquitos (las velas antimosquitos de Mercadona no los espanta, los atrae).