 |
Ya nadie quiere venir conmigo en moto. Es lógico.
Así que tras muchos fracasados planes de sacar la LC8 al monte y tras más de 4 meses sin una rutilla por donde sea... la batería de cualquier moto está KAPUT; y la Gulp! Machinen no es ninguna excepción.
Os acordáis de la Gulp! Machinen? Es lo que resultó de caferracerizar una GS.
Como por arte de magia, me apareció una semana sin criaturas y con la mujer trabajando. El domingo a las 23h lo pensé y el lunes a las 8 h salía de casa.
Stranger Here and There
La primera parada era en Pineda de Mar, en el taller de un amigo GSero al cual yo le iba a gorronear la batería.
Pero el téster decía que la batería no estaba muerta así que, como buen mecánico que es, me arrancó la moto y me dijo: "Tú tira, que antes de que llegues a Grenoble ya habrá cargado y arrancará sin problemas"
Pues sí. Os podéis imaginar el Show del Catalanet en cada gasolinera empujando una moto rara para arrancar. No me alargaré explicando estos patéticos episodios, pero ya os podéis imaginar que la moto no arrancaba por menos de medio litro de sudor.
El caso es que llegué hasta Grenoble por autopista y allí me empece a meter por comarcales, parando solamente en lugares con pendiente.
Empezaba a anochecer i decidí buscar un lugar para hacer el vibac. Como el único lugar plano que encontré fue un vertedero y además estaba empezando a llover, dormí en hotel por única vez en el viaje.
La del hotel me dice en un francés perfecto algo así como:
"Pourquá no bajas la moto al garaje, jilipollas?"
Y yo: "que no, que la rampa del garaje la nesezito mañana pour le demarrage!"
No me entendió pero me dejó por imposible.
Stranger Here and There
A la mañana siguiente, lo primero era buscar una batería o volver pacasa. No me apetecía más calvario de empujones.
Encontré una casa de baterías (la providencia me guió, supongo) y compré una de gel por 76 euros. Como el chaval no tenía mucha faena, pues me ayudó a cambiarla...
Pero la moto seguía sin arrancar, así que tocó desmontar para buscar el problema.
Llamé a mi mecánico de cabecera, el que me dijo que la batería cargaría bien. Mi pensamiento decía: " a ver qué idea tienes ahora, listillo", pero mi voz dijo:
"Javi, a ver si me puedes ayudar, me pasa esto..."
No dudó, y me aconsejó que revisase BIEN los bornes. Está claro que revisarlos MAL ya lo había hecho.
No tiene mérito su intervención puesto que es un secreto de las 1150que yo mismo le había contado a él cuando me ocurrió por primera vez hace cuatro de años:
Me tocó cambiar el borne positivo que no hacía buen contacto, devolví la batería de gel por que es evidente que la mía estaba bien, y le di 20 euros de propina al chaval de la tienda que me ayudó mucho.
A rodar!!!
Stranger Here and There
Los puertos están llenos de guiris moñas. El Furkapass fue uno de los primeros que hice y pensé en parar a comer un franfur (que aquí se llaman Viena).
Me agobió tanto motero de fachada, tanto fotógrafo amateur y tanto montaje, así que rápidamente seguí mi camino; pero como sí que me apetecía admirar la grandiosidad del paisaje, me quise parar a la bajada del puerto. Encontré un hueco en el que solamente había una moto... mi sorpresa fue ver que el tío (un tal Joseph) era tan friki como yo y para estar más cómodo se había quitado las botas y los pantalones de moto. Fueron 20 minutillos de conversación muy agradable. La más larga en todo el viaje.
Era mi primera vez en los Alpes y lógicamente estaba impresionado por los paisajes, por eso estaba llevando una vida social tan intensa al principio.
Pero cuando uno va solo y necesita evadirse y pensar, lo único que hace es rodar.
Es como la meditación de Siddhartha frente al río, pero en lugar del Om y el agua lo que en este caso no cesa es el ronroneo del motor, el asfalto bajo los pies y el baile de la moto trazando curvas. Creo que más de una vez entré en trance.
Si además se trata, como es el caso, de un enfermo de la moto que no tiene medida, acaban saliendo unos quilometrajes salvajes. Las fotos escasean y el trato con humanos es casi nulo.
Stranger Here and There
El tal Joseph, que era aborígen de la zona, me había dicho que para hacer vibac lo mejor serían unos 1500 m de altura para evitar el frío y los mosquitos.
Con esta única premisa encontré un hotel con encanto con un restaurante exquisito.
Resultó que había miles de estrellas en la noche (nunca puedo evitar la tentación de salir a mear en bolas en mitad de la noche!) y miles de pájaros que empezaron a cantar al alba, a eso de las 5 de la mañana. Antes de las 6 estaba en pie y a las 7 ya estaba en la cima del Julierpass. En este caso sí que me paré a tomar un café, puesto que no había nadie y el silencio y la solitud eran abrumadoras en la terraza del chiringuito, que aun lo estaban montando.
Hay gente que le gustan las fotos de flores ordinarias... yo por menos de un Edelweiss no pongo el macro a la cámara.
A mediodía ya estaba pasando el Stelvio
Y a primera hora de la tarde estaba en SudTirol, al pie de los Dolomitas.
Pasé por Bolzano. Invito a todos los de ciencias a recordar el teorema de Bolzano. Me vino a la cabeza un corolario mototurístico que al final os contaré si a alguien le interesa.
Llegué a Cortina d'Ampezzo, donde fue el mundial de enduro este año y quería llegar a Tolmezzo, donde fue hace unos 5 años... pero me paré a comer un entrecotte y plantearme el viaje, que aun no lo había hecho: estaba cerca de la frontera de SLO, y tengo amigos en Eslovenia y en Bosnia. Sabía que si seguía hacia el este acabaría visitándolos y volviendo por autopistas haciendo más de 1000 km cada día. No sería la primera vez, pero en esta ocasión no tenía ganas, así que decidí cambiar la brújula y empezar a regresar hacia el oeste, evitando los valles puesto que el calor apretaba fuerte.
Me entró mucha hambre hacia las 20 horas, así que busqué un restaurante de los míos
pero las habitaciones no me gustaban puesto que estaban a más de 2000 m, así que tiré un rato más.
Poco antes del anochecer me metí por un camino de bosque hasta que en un claro encontré una casa/refugio en el cual confluian los campos telúricos. Pensé plantar la tienda en la esplanada de la casa, pero lo primero fue quitarme las botas y sentarme en el banco de la puerta a escribir mis memorias...
En 5 minutos llegaron los dueños de la casa así que me tocó disculparme y darme el piro, pero en lugar de enfadarse insistieron en que tomase algo con ellos.
El gesto me agradó tanto que me tomé un vaso de vino peleón y soporté su insulsa (pero agradable) conversación.
Evidentemente, se me hizo de negra noche antes de llegar a la carretera y me tocó buscar un lugar guiado solamente por el faro de la moto. Cerca de la carretera encontré un lugar que parecía estar bien, así que allí me quedé.
Estrellas, pipí en pelotas, naturaleza. Ya tú sabes, mi amol.
A las 5 se hace de día.
Aquel paraje idílico a los faros de la moto, de día resultó ser un cagadero a pie de carretera... por suerte la zona no es muy concurrida.
Stranger Here and There
Recuerdo un tocho de post en GStrail hablando sobre "el ritmo", que es una manera de conducir de los que somos más guais que todos los demás.
Yo no quería compañía de personas, pero sí que me apetecía compañía de motos así que en cada parada a mear, a comer pan con salchichón o a repostar (no hay otras paradas) olisqueaba el horizonte en busca de motos para rodar un poco juntos. Hice más de 2500 km de puertos de montaña y no encontré a NADIE ABSOLUTAMENTE que fuese a un ritmo parecido al mío.
Yo no me pico nunca.
(Bueno, una vez me piqué con Mr. Positivo por que él tenía una KTM LC8 que me la ponía dura y yo la GS, y me quería demostrar a mi mismo que no necesitava una KTM. Ese día me piqué y corrí todo lo que pude)
Digo que yo no me pico nunca, pero tampoco dejo pasar la oportunidad de medirme con todos los moteros que me encuentro. Si me da pal pelo (frecuente) intento aprender algo pero no me esfuerzo en seguirle ni me pongo en peligro.
Si va mucho peor que yo, me alejo pronto para que no se ponga en peligro él.
Si vamos parecido, me gusta rodar juntos.
Pues en los alpes no encontré nadie para rodar. Solamente encontré uno que iba mucho mejor que yo, un alemán con una Speed Triple con acompañante.
Los "turistas" ni siquiera entran a medirse para saber qué ritmo llevas. No se sabe a qué ritmo van pq están literalmente parados cada 500 metros.
Y los Power Rangers de las R són los más patéticos en general. Escapes, ruedas sport, monos de colores... y van entorpeciendo el tráfico. Por lo menos los que yo me encontré en 2500 km. Como no tienen rectas para sacar los 150 Cv, incluso hacen frenar a los ciclistas en las bajadas.
En fin, disquisiciones mías.
Stranger Here and There
Perdone señor Santiago,pero esto es un foro de motos trail y esa alemana tuya dista mucho de serlo
Me a encantado el relato de los pensamientos dentro del casco.
Un saludo
Ya, yo también lo pensé, además un viaje solo por asfalto (excepto la búsqueda de hoteles) no pegaba mucho; pero la verdad es que siempre me gusta compartir en motostrail mis salidillas en moto.javier750 escribió:
Perdone señor Santiago,pero esto es un foro de motos trail y esa alemana tuya dista mucho de serlo
Además, que sepas que esa moto es una auténtica GS que ha sufrido una sesión de radial. Los cambios son solo estéticos.
Saludos, Javier.
Stranger Here and There
Permisos de publicación
Citar
