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Re: ¿Qué motos habéis tenido?
Hola nois:
Antes que nada, agradeceros a todos la narración de vuestras experiencias, gracias a ellas, a través de ellas se conoce un poco más de vuestras almas, de vuestras maneras de ser y sobretodo de sentir. Y todos salimos ganando, porque con la lectura nos damos cuenta de nuestra identidad, de que con todas nuestras particulares circunstancias, somos mucho mas iguales de lo que nos creíamos... incluso la narración de la única fémina del grupo, me es íntimamente conocida...es como si fuesen mi propia experiencia, como si viviésemos -con variaciones evidentemente- una misma vida, que si no es la mía, ni la de éste, o la de aquel, sino la de todos, bien pudiera ser que tuviera razón el amigo Jorge Luis Borges, cuando afirma que en realidad soló existe un único ser humano, eterno y atemporal que vive a través de todos y cada uno de los seres humanos que han vivido, que viven ahora y que puedan vivir en el futuro. Total unos 13.000.000.000 millones de seres humanos de momento...
Fuertes presiones..., me hacen poner de nuevo delante del ordenata para explicar una anécdota que me paso con la Ossa y que olvidé? o no quise poner en la paliza que os pegué en el post anterior...
Deberían ser los años 70 a principios, por aquel entonces trabajaba en Banca, estudiava en la universidad -nocturno-, militava en un partido político y en una organización obrera, clandestinos... No paraba...Iba con mi Ossa más feliz que un ocho, de casa al curro, del curro a la Universidad, a la reunión tal, a la cita cual...
La Ossa, tenia el tubo de escape colocado de una manera tal que el pasajero al bajar de la moto, facilmente podía llegar a quemarse en la pierna, un poco más arriba del tobillo.
Como en la empresa éramos varios los que militábamos, era bastante común que quedásemos fuera de las horas de trabajo y que fuéramos de aquí para allá juntos. Jóven, guapo no, pero con moto molona, en pocas semanas cuatro compañeras de lucha, lucían la marca del coyote en el tobillo, por cierto dolorosa y de curación más o menos larga, "con secuelas ad livitum"... en el quinto y último caso - a partir de entonces ya decía a mis partenaires que bajasen por el lado opuesto-, llegába con una compañera por la mañana, estábamos preparando una tirada de octavillas, o algo así, cuando el director que entraba en aquel momento nos vió y como la compañera se hacía la dolorosa quemada. Acompañó a la muchacha a la enfermeria del centro.
Al cabo de unos meses, hubo un follón, una huelga, o un paro en solidaridad con vietnam -me parece-, como yo era ya conocido como miembro del comité, el Director me llamó a su despacho...cosa que me extraño -no era normal-, más aún cuando entrando en el despacho, ví que tambien estaba el jefe de personal... Me preparé para lo peor, un despido, una denuncia a la policía... Hablamos de nuestras reivindicaciones o de lo que fuera y cuando salía el jefe de personal en tono jocoso, me comentó que gracias a mi moto habían podido identificar a otros componentes del grupo...
Tuve la sangre fría de ponerme a reir a carcajadas y añadir entre dientes: "que mas quisiera yo".
Las compañeras se ganaron después con largeza y méritos propios el dudoso honor de ser identificadas por los explotadores como luchadoras por la justícia y la igualdad entre los seres humanos y que yo sepa, nuestro error juvenil no tuvo otras consecuencias que la del doloroso chamusque...
A vosotros ahora, casi cuarenta años después, puedo confesaros que en aquellos momentos me sentía un pelín orgulloso, bueno en realidad, orgulloso, que caray muy orgulloso, a veces me dejaba llevar por la dulce sensación de pensar en ellas como "mi haren". -Nina, no me pegues la bronca que ya me la han pegado y fuerte, no te creas... lo que he tenido que aguantar-...
Esss looo que tieeennneeeee...
V'sssssss
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