Hoy nadie se apuntaba a dar un paseo, así que me he largado solo.
Dos días de sol tras casi dos semanas de lluvia, probablemente el suelo ya habrá secado un poco. Buena temperatura.
Un buen día por delante. Una experiencia inolvidable que no quiero dejar de compartir con otros foreros. Así si os veis en una situación similar, no tendréis que preocuparos.
Horquilla con retenes y aceite nuevos. Cubierta trasera nueva. Perfecto ¡!
Se nota el cambio de aceite. La horquilla excesivamente blanda. Paro a apretar un poco. Paso la primera subida de piedras. Mejor.
La rueda trasera agarra perfecto, pero delante ya empieza a irse un poco, con el suelo tan húmedo.
Habrá que andar con cuidado.
Poco a poco voy hacia mi monte favorito. El de las infinitas subidas. El que siempre me enseña un nuevo camino. El que siempre me reta con sus piedras, su barro, sus troncos caídos, sus roderas profundas en la arcilla pero también con sus preciosas vistas de nuestro Cantábrico querido y la satisfacción de las subidas peleadas.
Como casi siempre que voy solo, aprovecho para investigar caminos olvidados y nuevas alternativas. Como voy solo no me importa llegar a puntos muertos o dar marcha atrás cuando no se puede seguir.
Subo por mi subida favorita, la que hicimos en primer lugar en la transbizkaia. Es sencilla pero muy divertida. Voy contento en segunda con la moto saltando alegre entre las piedras. Como no tengo que parar, subo y subo y subo y subo, divertido, excitado, alegre. La subida es larga y se me empiezan a cansar los antebrazos. Al rato llego hasta arriba. Preciosas vistas. Rápido descanso.
Recuerdo la subida que últimamente, tras tanto trasiego de máquinas y nuevos caminos, nunca encuentro. Será más fácil encontrarla desde arriba hacia abajo. Además lleva hacia Sollube, próximo objetivo. Así que paso entre las piedras y me dirijo hacia la bajada. Algunos paseantes amables, nos saludamos y charlamos. Se sorprenden de que pueda bajar por esas piedras (yo también, pero lo consigo) (y me sorprendo de que algunas veces hace años las haya subido ¡!). Encuentro el camino, pero a los pocos metros me doy cuenta de que no es el que buscaba. Probablemente las zarzas han cubierto el antiguo. Hmmm una nueva subida ¿! Este monte es como un laberinto interminable… a ver que nos esconde ¡!
Sigo bajando y midiendo como la subiría. Es complicada. Bastante complicada. Buena pendiente con escalones y piedras hermosas entre la tierra Creo que no podría subirla.
Como tiene suficiente pendiente apago el motor y bajo en punto muerto (me encanta) escuchando a la moto. La cadena, el apoyo de la trasera con su peso tras cada escalón, y mientras bajo pienso en la línea que separa el trail del enduro.. y entonces me doy cuenta de que es justo esa. El hecho de plantearte qué estás haciendo ya indica que estás abandonando el confortable mundo del trail y entrando en el canallesco lado oscuro. Sonrío y sigo bajando disfrutando de nuestro monte húmedo y verde.
Como es un camino, sigo bajando. Al fin y al cabo, llevará a algún otro sitio donde enlazaré con otro camino y finalmente llegaré a algún sitio conocido, ESPERO ¡!
Llego a la falda. Investigo accesos y finalmente encuentro una subida desconocida. Todavía estoy fresco, así que me meto. Tiene buena pendiente, bastantes pedrolos, socavones y para colmo, larga. Con curvas que no dejan ver lo que habrá más arriba. Empiezo a subir. A pesar de los tacos nuevos la tracción es mala. Y paro con frecuencia. Es pendiente pero espero que en el repecho próximo se suavice. Tengo que subir socavón a socavón, embrague, levantando rueda, saltando, exigente y cansado. Voy trepando poco a poco. Pienso en mi embrague, y pienso que esa es otra buena diferencia entre el trail y el enduro y empiezo a enumerarlas mentalmente: Dif 2: cuando empiezas a preocuparte por el embrague, ya no es trail.
Llego al repecho, pero no suaviza. Además, se estrecha. Pero sólo son treinta ó cuarenta metros… hmmm bueno, es día de investigar… así que suelto embrague y arriba. Se complica aún más por la pendiente aun mayor y la escasa tracción. Pienso en dar la vuelta, pero no parece sencillo, y enuncio la Dif 3: Cuando ya no puedes dar la vuelta, ya no es trail.
El sudor se mete en los ojos. Y pican. Esa será la Dif 4.
Voy peleando cada maldita piedra. Gracias a dios la nueva 450 es ligera y nerviosa y puede con todo. Muy poco a poco voy avanzando. Otro rellano seguido de otra subida similar y pienso en la Dif 5; cuando parece que lo complicado ha terminado, se complica aun más.
Joder, estoy agotado ¡!!
La subida es pendiente, pero la piedras menores, creo que si consigo inercia conseguiré subir. No será fácil. Pero la vuelta no parece una buena opción.
Adelante ¡!
Mejor segunda para tener más tracción.
Bién. Consigo rodar un poco y meto segunda. Voy cansado. Controlando la moto en el aire cuando bota e intentando mantenerla en el mejor sitio en cada momento para conseguir la tracción que volverá a hacerla saltar, y seguimos subiendo. Más botes, saltos, meto la moto en su sitio, hago malabarismos para no caernos ni parar, acuso cansancio. Mucho cansancio. Miro hacia arriba; piedras que sonríen amenazadoras, pinos malévolos zarzas tramposas, y entonces aparece delante una luz brillante que lo invade todo.. el sonido de la moto se pierde bajo una dulce música celestial y seguimos subiendo ya sin notar piedras, ni botes, ni brazos cansados y el rostro de una dama dulce y hermosa aparece ante nosotros mientras ya subimos sin pensar en lo que hacemos, dejándonos llevar por los caballos, directos hacia el rostro que nos muestra su agrado y simpatía y reconoce el esfuerzo de la Husky y mío y entonces entiendo que llegaremos hasta arriba porque ella así lo desea y nos cuida, protege y guía en nuestro esfuerzo… De pronto la visión desaparece con un ruido seco, no hemos podido pasar este socavón en segunda y el pistón se ha clavado. Dif 6, cuando el dulce rostro viene a cuidarte, ya no es trail.
Volvemos a la realidad. Subimos un poco más y descubro con decepción que el camino se une con el anteriormente bajado. Seguimos algo, pero sé lo que queda arriba y no quiero abusar ni de mi dama protectora ni de mi embrague ni de mis fuerzas y encuentro la Dif 7; cuando necesitas imperiosamente tres Red Bull y unas cuantas barritas energéticas, ya no es trail.
Bajamos. Ahora con la moto arrancada, para evitar una o dos patadas del arranque (Dif 8) Seguimos por la otra variante del camino, pensando ya en una parada en el bar de mi Dulcinea. Beber y comer algo, reponerme, descansar un poco…
Un pequeño vadeo antes pasado por el sitio exacto. Ahora por el puto medio y más gas. Dif 9; cuando ya no te importa por dónde pasas, ya no es trail.
Conduzco depie para descansar los riñones y los brazos… y lo consigo, en cierto modo.
Veo un camino que podría ser la entrada al inicialmente buscado… Como he descansado un poco, pues me meto ¡
Otro escalón. Me falta fuerza para levantarla de delante y el chasis toca suave. Y no me preocupa. Dif 10
Ratoneo un poco. Creo que he encontrado la entrada. Subo. Troncos caídos, pasos alternativos… estoy cansado. Me doy la vuelta y voy a por una reponedora tortilla.
Suficiente trail por ahora ¡!
Buen día !!! (Javier750, no pienso cambiar de camello, este es divertidísimo !!)