Este domingo por diferentes motivos, de nuevo trail en pareja, menos mal que con el pequeño se puede ir al fin del mundo.
Nuestros pasos esta vez van encaminados hacia la montaña que domina estas tierras.
Se puede ir con él al fin del mundo, pero tienes que ir preparado para cualquier cosa, hasta para jugar al escondite en plena excursión.
La mañana está inmejorable y la estampa del Moncayo impresiona.
Aunque también hay otros horizontes.
Para variar vamos buscando caminos nuevos que nos lleven al mismo sitio, la referencia siempre está ahí.
Hay veces que sin querer te pierdes, pero si encima vas a perderte pues el resultado ya lo sabéis, huertas y pequeños barrancos en los que ningún camino tiene salida.
Como la gastronomía no está mal vista por aquí por lo menos nos sirve para enseñaos una verdura de invierno muy apreciada y con gran trabajo en su cultivo, el “cardo rojo de Agreda”, indispensable en su mesa estas Navidades.
La etapa de orientación termina bien y conseguimos salir.
Un cambio de montura, sin comentarios para que no se enfade nadie …..
Conforme nos vamos acercando a “la montaña” el panorama se va poniendo gris.
La idea es almorzar en el siguiente pueblo, pero bien pensado todavía es pronto y no tenemos mucha hambre y además nos apetece seguir andando en moto y…………(el garito estaba cerrado).
Que carita de hambre.
Los buenos paisajes también alimentan.
Donde vas tu a comparar esto a “lo otro”
Continua………………………………….