Sigo:

A las cuatro de la tarde salimos en ruta hacia Segou, a doscientos cuarenta kilómetros de distancia, pero nos pilló un atasco de salida de la ciudad fenomenal. Es que solo hay dos puentes para cruzar el río Níger, y las Oficinas están a la izquierda y los barrios residenciales a la derecha. Además, unos Policías Municipales vieron a Maite haciéndoles una foto relajadamente tumbados sobre sus pequeñas motocicletas en equilibrio mientras miraban desinteresadamente un fenomenal lío montado en una rotonda, y silbaron para que parásemos; nosotros aceleramos dándonos a la fuga, naturalmente, y ellos montaron en las Mobylette, nos siguieron y nos pararon un poco mas allá; querían "confiscar la cámara y ponernos una multa". Uno me preguntó a mí y en lengua bambara si yo llevaba mucho tiempo viviendo en Malí, y cuando le dije que sí alargándole un billete de mil francos CFA solamente ara pagar “la multa”, unos tres euros, su gozo cayó en un pozo, dejó de revisar las imágenes de la cámara, iba por el ferry de Algeciras..., nos devolvió los papeles y nos dijo que siguiéramos todo derecho camino de la salida.