Muy buenas
Pues aquí os paso a relatar mi primera crónica a lomos del “petrolero” XT660Z, jejeje
La ruta en principio no queríamos que se alargara más allá de las 5 de la tarde, pero la cosa salíó mal por culpa de una trialerilla que no contábamos con ella y que nos retrasó mucho. La ruta partía de Robledo de Chavela, tenía su punto más alejado cerca del Puerto del Pico (entre las provincias de Ávila y Toledo) y pasaba por pequeños pueblos como San Bartolomé de Pinares, Barraco, Navaluenga o Burgohondo, entre otros.
Bueno, al lío
Salida de casa a las 10:00 y sobre las 10:30 ya estábamos en Robledo.
Aquí instantánea en los pinares cercanos a Valdemaqueda, después de darnos cuenta de que por aquí no iba el track. Deciros que acostumbrado al “juguete” de la enduro, incluso ésta trail que se la cataloga de 50/50 a mí me resultó en muchas ocasiones un “cepo”. Dar la vuelta incluso en un camino como el de la foto se convierte para mi (peso solo 65 kilos) en una maniobra que requiere concentración. Doscientos kilos te pueden inestabilizar en cualquier momento... y al suelo
Ya por la ruta buena, nos encontramos con caminos de este estilo: de lo más agradables de conducir
Esta otra la tomamos cerca de San Bartolomé de Pinares: páramo algo desolado pero, para mí, con mucho encanto:
Deciros que la ruta fue con justicia una ruta trail, al tener 50% por pista y 50% por carretera de montaña.
Otra estampa campestre, con las vaquiñas como testigos de nuestros andares:
Y fue un poco más lejos, entre el Barraco y Navaluenga donde nos metimos en problemas. La ruta me la había pasado un colega endurero diciendo que era una ruta fácil que tan solo tenía un par de “zonillas” sin mucha complicación. Está claro que para una enduro, lo divertido de esta ruta era lo que se nos venía encima, pero lo que para una enduro es divertido, para una trail se convierte en un marrón
En principio la cosa no pintaba demasiado mal, por lo que mi hermano me animó a seguir:
Sin problemas, todo está controlado, jejeje
Decir que me llevé ya alli un buen susto dado que como el sendero estaba cubierto por la vegetación, no se veía muy bien por donde pisábamos, y en una ocasión estuve a punto de estrenar la moto.
Pero en fin, más tarde la cosa empezaba a tener peor pinta:
Aqui vemos a mi hermano bajando con cuidadín
Aqui el calor y la tensión ya empezaba a hacer mella. Como digo, un sendero que para una enduro es “de correrse” para una trail puede ser “de cagarse” y esto era lo que estaba justo ocurriendo.
En este punto llegamos a una uve. No fotografié la subida, pero nos dejó seriamente preocupados: ni para atrás (subir es más difícil que bajar)... y para adelante no pintaba bien. Tener en cuenta que la moto está recién estrenada. Sin experiencia de manejo de los 200 kilos, con un calor de 33 grados, con la moto en rodaje, con miedo a pegarla un golpe...pues francamente los dos estábamos bastante quemadillos ... qué cojones hacemos aqui![]()
Aquí en la parte baja de la uve
Tras decidir que había que seguir, tiré yo primero y más tarde mi hermano. La “subida” estaba hecha, pero el sendero que quedaba no era en abasoluto fácil. Un sendero de piedras se lleva muy mal con estas máquinas, y después de tres pasos como el de la foto, agotados, decidimos descansar y tomar las fotos que véisSi lo sé no vengo, jajaja
Desde luego que si alguien hubiera pasado en ese momento no hubiera dudado que estábamos más pallá que pacá. Yo, aposta había salido con las alforjas para probar si la forma de fijarlas era correcta. Desde luego que no se movieron, ni siquiera cuando no pude aguantar el peso de la moto y se me calló latelarmente. A todo esto mi hermano estaba en ese momento algo más animado que yo. Creo que más que nada porque quería salir cuanto antes de este “infierno” (el calor y el “qué cojones hacemos aquí” da alas a cualquiera, jajaja)
Mi hermano en acción:
Finalmente logramos salir. El ver al lado del sendero una tierra de viñas nos animó, y al poco llegamos a Navaluenga sobre las dos de la tarde. ¿Imaginaros qué es lo que fuimos a buscar como locos?
Nos pareció el paraíso. Por cierto, que mi hermano me pide anonimato, y yo se lo respeto. No quiere más problemas, dice, jajaja
Casi dos horas estuvimos en la terraza de Navaluenga, primero para reponerse bien repuesto, y segundo porque estuvo lloviendo un buen rato.
Sobre las cuatro y media reanudamos la marcha: no habíamos hecho más que unos 80 km, mientras que la salida en total tenía 240...