Este domingo me quede alucinado con lo que te encuentras por los caminos.
Un rebaño de ovejas vigiladas por un pastor desde su Nisan Patrol a la par rodando por la pista. Y 100 metros detras, un borrico siguiendo al coche tranquilamente.
Personal motorizado casi nunca veo, pero ciclistas a mogollon. Y me parece que a pocos les caemos bien, y eso que siempre aminoro hasta casi parar.