Después de una pateada inmensa ayer por el monte, aún nos quedaron ganas de verde.

Tras barajar varias posibilidades, me decidí a volver a visitar el bosque de Valgrande, uno de los mayores hayedos de Asturias, refugio ente otros, de osos, urogallos y lobos.

Esta pista fue construida cuando se iniciaron las obras de la Autopista del Huerna, allá por los 70, y quedó siendo usada por ganaderos, excursionistas, y yo, mayormente

Tras la primera bajada, en la que hay que levatar una barrera para poder pasar, encontramos un poco de barro y charcos; seguimos bajando, más charcos, más baches y otro poco de barro.

Yendo con mixtas y de 2, había que andar muy "al loro".

Enseguida llegamos a la zona a la que le da más el sol, por lo que está bien seca, y vemos lo que nos espera:



Al poco tiempo, hacemos una parada a disfrutar de las piernas y estirar el paisaje Huy! Al revés



Seguimos adentrándonos en el bosque.



Hacía mucho tiempo que no pasaba por allí y me causó casi la misma impresión como si fuese la primera vez que por allí pasaba. Cruzamos un azona en la que los robles se mezclaban con los abedules



Volvemos a coger zonas de barro, de baches, un argayu... en alguna zona ya se pasan un poco canutas, sobre todo en el barro, que me hizo perder rueda varias veces, con el consabido susto, pero sin besar el suelo

Alucino en colores cuando veo que la siguiente barrera está encadenada, no se puede levantar para pasar.



Y como no es plan de "hacer gamberradas", nos damos la vuelta y seguimos disfrutando del entorno.

Cruzando uno de los charcos. Alguno parecía una charca más que un charco



Después paramos a jalar algo, que ya había "jambre". Nos pusimos en una zona con sol (para Eva) y sombra (para mi y la moto), junto una zona muy frondosa. Aquí, el menda empinando el codo



Menuda puntería para escoger el sitio: un millar de orugas haciendo rappel nos atacaban sin piedad. Parecían los hombres de Harrelson rapelando hacia nuestras cabezas y viandas.

Tras reponer energias con la comida y el descanso, volvemos a subir a la moto,



para no bajar ya hasta llegar a casa, pues cambió el dia repentinamente y empezó a amenazar la lluvia, que si bien no nos acoj*na, tampoco es que sea bienvenida.

Un día más de intenso disfrute de esa maravillosa mezcla que es tiempo libre - moto - naturaleza.

Hasta la próxima.

Saludos de chus.