El día amaneció alternando lluvias y sol. No había perspectivas de salida, ya que después de recibir las Unicross, la delantera estaba desmontada porque no hay manera de talonarla. Encima se me habían acabado los "churripuntos" (Mómaro's word). Pero mira por donde se produce una triple carambola y por cosas de la vida me veo libre a las once de la mañana. ¿Qué hago, no me da tiempo a montar la rueda?.... Pero.., ¿y si...?
Me acerco a ella y no me gusta su expresión:
- Hola, ¿qué tal?
- ¿Es a mí? Creí que estarías con esa con la que sales continuamente, ¿es que te ha dejado?
- No, no te creas que salimos tanto, de vez en cuando que nos vemos de casualidad, pero siempre pienso en tí... y había pensado que quizás te apetezca una salidita...
Lo cierto es que han sido muchos años, y nos seguimos queriendo. Ella sabe que la echo de menos y yo sé que ella está deseando salir. De modo que le arreglo los zapatos, le doy de beber, me pongo el traje de faena, dos patadas y... pom, pom, pom.
- Que bien suenas.... Al monte.
"Me echó un cable la lluvia, yo andaba con paraguas y ella no, a dónde vamos rubia, a donde tú me lleves contestó" (Sabina's words)
Comienzo la ruta y enseguida ella se pone al mando:
- No, por ahí no. Por ahí con la otra, conmigo vas a disfrutar como antes...
Me encuentro la primera subidilla. De estas que a medida que te acercas te vas poniendo en tensión.
- ¿Y si lo dejamos para otro momento?- le digo
No me hace caso y en un visto y no visto estamos arriba, con su manillar en mi estómago, la cabeza y el tronco hacia delante, cayendo sobre la rueda trasera tras la inercia de la subida.
- Huhuhuhuhuyyyyy.
- Te lo dije. No soy la otra.
- Tu mandas...¿Por dónde es ahora?
Senderos ratoneros. Subidas casi al ralentí. Bajadas entre los árboles. Las piedras se convierten en pequeñas a mi paso. Disfruto del paisaje, del sonido del motor, de la aceleración en las subidas, del timoneo con el freno trasero en las bajadas embarradas, patinando como sobre hielo. Sensación de control y seguridad. Motor apagado en largas bajadas...como una bici.
El tiempo es cambiante. Una ligera lluvia me acompaña en ocasiones y en otras el sol luce radiante. Las cambios de luz y sombras bajo los árboles dan un ambiente especial a la ruta.
Me cruzo con algún ciclista compartiendo su misma senda. No molesto. Voy despacio y nos saludamos con cordialidad. Mi casco es completamente abierto. Nos vemos las caras. Ambos sabemos que compartimos una pasión común... el respeto por el medio ambiente.
Un par de endureros con GG de 2t me siguen en una zona de bajada que se complica (yo acababa de subir y ahora volvía sobre mis pasos). "Si el abuelo baja nosotros también"... Lästima que las piedras estén duras. Jovencito, no te fíes de los abueletes... Mejor daos la vuelta que si no os podéis hacer pupita.
Para mejorar aún más la mañana, se cruza ante mí un camino que no conocía
- No has venido a explorar -me digo.
Pero la tentación es fuerte y mi compañera me anima:
- ¿Te vas a rajar viniendo conmigo? Sabes que te he sacado de muchos lugares complicados. Vamos allá.
Ya se sabe que la juventud es osada. Pero yo tengo un poco más de sentido común, de modo que accedo, pero le advierto que si la cosa se pone difícil yo tomo el mando y nos damos la vuelta.
Pero todo sale perfecto, descubro un nuevo camino que nos lleva hasta un pueblecito costero que seguro que algunos conoceréis en las fotos.
Un camino muy bonito y que me abre nuevas rutas por dónde nunca he ido. Se hace tarde y me quedo con las ganas de seguir explorando.
Ya de regreso oigo algún que otro ruido metálico que no me gusta. En una pequeña zona de piedras la moto me da un coletazo de atrás y se desplaza como medio metro lateralmente y pienso "vaya con la piedra.. no parecía para tanto". Sigo ruta y continúa el ruido. Me paro mosquetado y descubro el problema: He perdido el muelle de la pata de cabra y va arrastrándose por el suelo. Seguro que fue ella la que me desplazó de ese modo.
Ella se siente culpable, pero yo se que son cosas que ocurren. Una tontería de fallo en muchos años de salidas. Peor es lo mío, he salido como siempre, sin herramientas. El spray antipinchazos que llevo conmigo desde hace años deber estar ya caducado y no creo que repare la para de cabra, jeje. Y lo mismo reza para la bujía.
Así que para grandes males, grandes remedios. Como no tengo herramientas para quitar la pata, ni una brida para sujetarla, echo mano de la eco-brida. Es decir, un ramallo de eucalipto con el que consigo atar la pata y llegar así hasta casa. Por si acaso me apropio de otro ramallo de eucalipto y otro de xesta para el camino, por si tengo que sustituir la brida. Pero no hace falta.
Por fin llego a casa, con una sonrisa de oreja a oreja. Ahora cae el diluvio universal. Como sé que le gusta, la dejo fuera para que se duche con el agua de lluvia.
- Después de comer vengo a verte y te doy un baño, ¿te parece?
- Como quieras. Aquí estaré.
- Hasta luego entonces. I love you baby.
Si es que encima se conforma con poco...
Os dejo las fotos de la jornada (como siempre sacadas con el móvil)
Para que veais que me interesa la botánica..
Tejero's House
Bonito eh?
La eco-brida
Y los repuestos
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Iniciado por Rockster-ct
. Hasta me dan ganas de conocerla, ya nos la presentaras. Original crónica.
. Y las ecobridas de repuesto …. un crack ….. que ni Frank de la Jungla, ja ja 
. Aquí lianas no tenemos, pero nos sobran eucaliptos que pelar, preguntale a Momaro 
.
