Estrenamos botas nuevas (compradas de saldo), guantes nuevos (endureros waterproof superchachyguays, comprados en unos KTMdays), peto nuevo de chica (comprado de segunda pata
¡¡MOTO NUEVA POR CAMPO!!
El caso es que andaba yo con miedo de meterme por campo: que si voy con mixtas, que si lo poco que he andado por carretera conduzco la moto como si fuera la BMW, con lo cual voy siempre a trompicones, porque está va mucho mejor (¿¿tiene más bajos??), que si no llego bien al suelo y no me siento segura... Un mar de indecisiones y dudas... Excusas, ¡vaya! Básicamente, que no me apetecía volver a andar por los suelos todo el rato, y no sentía que la moto y yo fueramos una... todavía...
Todo esto se soluciona con un poco de mono de moto. Las cumbres nevadas, yo con una moto de campo y con mucho tiempo sin trailear... esta semana tenía claro que quería MOTO. Moto, moto, moto! Una de las maneras de hacernos amigas ha sido obligandome a maniobrar siempre sin bajar los pies. Total, si no llego! Y bajarlos me daba más inseguridad...
Así que después de intentar vagamente a lo largo de la semana conseguir alguien con quien salir, ¡a la mierda! Esta mañana he salido sola. A veces es como mejor se va, a tu pedo.
Sin arriesgar, por pistas conocidas por donde sé que no voy a encontrar barro, con la mente lúcida, sin hacer locuras, teniendo claro que lo de pisar nieve mejor lo dejabamos para otro día... Sobre todo porque iba sola...
El caso es que la idea era hacer dos pistas: de Markaidas a la ermita de Zumetxagas por una pista que me enseñó Mugire, luego subir de Bakio a Mañuas, cerca de Sollube, la única cumbre nevada cerca de mi casa, por pistas cementadas, y luego ya allí, coger una pista que baja a la carretera que une Gernika con Arrieta, que me enseñó Indar.
Después de media hora dando vueltas para encontrar la primera pista (joer, no he dado vueltas ni nada!) enfilo ¡¡y Dios!! Las botas y la palanca de embrague todavía no se conocían bien. La pista empieza fácil-fácil, así que voy en tercera. Luego empieza una cuesta con piedras pequeñas puestas hace poco para afianzar terreno donde la moto empieza a irse un poco, pero bien. Nada grave. No problem. Parece que sube sin problemas. Pero la cuesta se convierte en una pista un poco más rota, de losas rotas de piedra (no sé cómo describirla...), y yo subiendo en tercera. ¡¡DE REPENTE!! un agujero de parte a parte del camino para desagüar. Lo normal es que desacelere y baje una marcha para cogerlo tranquila. ¡¡Pero!! consciente de que la maniobra puede suponer un problema con las botas nuevas, mantengo la marcha. ¡¡Dios!! ¡esto sí que sí! Con la BMW me hubiese costado mantener la moto recta después del salto, cuando la rueda toca suelo. O sea, cuando trabajan las suspensiones, ¿no?. Pero con ésta, ¡¡ni me he enterado!! ¡¡así sí se puede! Subo a gas (a ver, a gas a gas... ya sabeis, a buen ritmo) disfrutando de los siguientes desagües, de la suspensión, de lo bien que responde la moto, prácticamente no tengo ni que embragar... Y cuando estoy disfrutando como una enana... se acaba la pìsta
Chillo “así sí que sí, ¡¡esto es otra cosa!!”. Chicos, ¡menuda diferencia! Mi cara es pura alegría.
Pongo rumbo a la segunda pista. Está todo bien nevado. Aunque me había planteado que aunque tuviera nieve la haría igual, porque la recordaba como una pista sin barro, sin cuestas y sin curvas, está limpia:
Por cierto, aquí podeis ver mejor la pantalla provisional que le he puesto a la DR, como me sugirió Vermarina, para ver qué tamaño me va mejor. Y se nota la pantalla, ¿eh? Vaya si se nota.
Bajo la pista sin problemas. Iba yo muy convencida de que no quería pisar nieve ni barro, aunque por todas partes me tentaban los caminos. Si hubiese ido acompañada sí que me hubiese atrevido, pero voy cogiendo cordura. En una de éstas que iba por el lado izquierdo del camino, pienso que mejor voy por el otro, y que mira tú por dónde al final sí que voy a pisar nieve para cambiar de lado. Enfilo a la derecha, toca la rueda un poquito la nieve y uyuyuyuyuyuy, mejor me quedo dónde estaba. Termina la pista y pongo rumbo a Arrieta por carretera. Se acabó lo que se daba... hasta que veo una señal de GR que marca a Fruniz. ¿Probamos? A veces son pistas anchas legales estos GR... ¡Efectivamente! Y menuda entrada más bonita:
¡Que conste que la puerta estaba abierta! Y ya para casa... Me acerco a la choza de mi madre a ver si me da de comer, pero no tengo suerte. En cualquier caso, le pido que me eche la primera foto que he puesto arriba y me dice que a ver si me apetece andar con la moto por su prado. ¡¡No voy a querer!! ¡El sueño de mi vida! Cada vez que iba con la BMW lo pensaba, pero me daba miedo dejarle las ruedas marcadas ¡Esto es mejor que una invitación a comer!
Por cierto, ¡cómo se iba la moto de atrás! Muy divertido
Y ya, a limpiar la moto y ¡a comer! Tres horitas de alegría infinita.
¡Hay que repetir! Pero la próxima acompañada para poder arriesgar más.
Me parece que el título de la siguiente crónica va a ser: de pasarlas canutas a pasarlo pipa
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Iniciado por javier750
