Dulce y solitaria, mola salir solo para desentramar rincones perdidos de una zona que hoy si que ha sido tropical

dulce obscenidad, devuelveme el perfume

como todas las mañanas la cosa empieza desmenuzando cigarrillos rancios saliendo por la puerta, horas en las que es demasiado tarde para dormir y demasiado pronto para escribir

ay, y la tigresa que me tiene bizco y con la lengua echa un nudo me presta laca de uñas para asegurar un tornillo que se suelta de tantos botes

desploma hasta la rancia cruz de los rancios castradores

Sale el sol, pienso en ti.
Me sirves una taza de café, pienso en ti.


Es como que estoy perdiendo la cabeza.
Termina la mañana, pienso en ti.
Hablo con amigos, pienso en ti.


Es como que estoy perdiendo la cabeza

y las tardes de sábado, pienso en tí, incluso haciendo cualquier tarea, pienso en tí
A veces me paro en el centro de la pista, no se si ir a la izquierda, o a a la derecha.

Pasar noches de insomnio para pensar en ti.

Dijiste que es lo que querías......O sólo estabas siendo amable?


Ay pelirroja , tengo mi alma en tu fuego.

Tengo dos brazos con los que agarrarte fuerte y quiero que me lleves más alto.
Ay pelirroja, nunca deberías decir nunca.
Tengo un huracán dentro de mis venas... me quiero quedar para siempre contigo...allí, arriba

Cariño, puede no ser fácil, pero estamos tratando de aguantar, tratando de hacerlo mejor

Cariño, tienes tanta libertad, pero la libertad es sólo otra palabra cuando ya no queda nadie al que hacer daño.

Salvo a uno mismo

Y allí arriba te sentía con la cara lavada y llena de barro, no son arañazos, son marcas de carácter, de raza. es lo que te da estilo, y el sol brilla y te deslumbra

Intentardo tomar el castillo hincamos la pata, te caiste.......... te tuve que levantar

y bajo la sombra del manzano, tu me vendiste y yo te vendí















aqui sigues... para siempre?


La verdad es que cuando Peter Pan me besó en una pérgola de los jardines de Nunca-Jamás tuve miedo de que su amor fuese flor de un día y decidí apropiarme de su puñal para obligarle a recurrir a mí en momentos de peligro.
Pero el héroe me aseguró que tal precaución era innecesaria porque nunca nos separaríamos.
A guisa de confirmación nos hicimos unos cortes en las muñecas y mezclamos nuestra sangre y por eso conozco que corre por mis venas el polvillo de estrellas que sólo tienen los niños eternos.

Terençi Moix