Un grupo de gente de Badajoz, junto con otro grupo de Sevilla nos reunimos desde hace tres años en algún lugar en la frontera de ambas provincias. La idea es hacer una ruta trail (más o menos) y pasar un buen día. Nos hemos juntado cuatro veces y a finales de junio haremos el 5º Encuentro.
La finalidad de este post, además depara invitar a quien quiera unirse, es enseñar de qué van estos "Encuentros". Para ello pongo la crónica completa del último, en diciembre pasado.
Esta es la crónica:
(La zona es en el sur de BAdajoz, cerca de un pueblo llamado Monesterio y cuna del auténtico "pata negra ibérico").
¿Qué decir de esta ruta? Pues que tras haberla planeado casi al centímetro y estudiado todo para que todo saliera exactamente tal y como estaba previsto, aparece una trailera y deshace todos los planes, y a partir de ahí a improvisar. Al final de la ruta, como acaban todas, tomando café antes de la despedida, los comentarios eran variados: "no vuelvo", "estoy baldao", "ha sido increible", "la próxima igual",.... Pero, empezemos por el principio.
A la hora prevista estábamos casi todos en el punto de reunión, trece creo recordar y antes de salir todos interesados por un mismo tema: el comentario de lawan (...zona técnica y trialera apañá...) que nos tenía mosca (significa preocupados, Joao) y también por el hecho de que no teníamos noticias de los dos amigos que venían de Portugal. La primera cuestión se resolvió como luego se verá y para resolver la segunda acudimos a un viejo procedimiento que los más jóvenes no recordarán: dejando un recado en el bar; es decir dejando al camarero una nota escrita en una servilleta dónde ponía mi nombre y mi número de teléfono (fué infalible, permitió a Joao y a Luzeiro (¿?) reunirse con nosotros, pues el cambio horario les jugó una mala pasada.
Para evitar la "zona técnica" tracé un nuevo rumbo y hacia él dirigí al grupo, estando en todo momento en la creeencia de que de esa forma evitábamos la zona dura. Pero mi track nos llevó directamente a una trialera del demonio, con una pendiente pronunciada y que acabada en mitad de otra trialera que no tenía salida ni a derechas ni a izquierdas (la que nos temiamos).
Esta es la trialera en cuestión:
(bombilla y jmgalan) que bajaron por sus propios medios, los demás bajaron de esta forma:
La trialera tenía una longitud de unos 100 metros, con dos agujeros en medio que se tragaban la rueda, y acaba así. Esa cuneta que se vé en la foto también fue sorteada (las salidas a derechas y a izquierdas eran aún peores):
Esta situación requería consenso para su solución. Después de descartar pegar fuego para que acudiera la UME y nos sacara de allí, se decidió qué había de hacerse.
La búsqueda de soluciones:
Y esta fué la única manera de salvar la situación. Sí, empujando las motos, casi llevándolas en volanda cuesta arriba. Y así siete u ocho más.
Entre tanto trailero, uno de ellos llevaba una herramienta milagrosa: una cuerda.
Se intentó todo para evitar esta auténtica paliza, incluso con un paisano, que nos abrió una cancela para poder atravesar por el campo; pero habría que haber alzado cada moto un metro para salvar el desnivel (sí, intentamos rellenarlo con piedras; pero no).
Total, que empleamos más de dos horas en esta operación; sin ningún daño para las motos; los motoristas,... que quien quiera cuente cómo se levantó la mañana del lunes.
Llegados a este punto, las previsiones ya no servían y el cuerpo lo que pedía era un refrigerio. Así que nos fuimos directamente a donde está el Monasterio de Tentudía; no a rezar y dar gracias, sino al bar que está enfrente (que por cierto, para acceder a los lavabos, que están en el exterior, hay que bajar lo que a algunos nos pareció otra trailera).
Este es buen momento para presentar al grupo. En esta foto faltan tres compañeros que regresaron a Sevilla.
Iniciamos lo que quedaba de ruta y nos fuimos por una carretera de montaña, con restos de hielo en el asfalto, hasta Cabeza La Vaca, desde donde, tras reabastecernos de pan, enfilamos la segunda zona de pistas del día. En esta ocasión se trataba de una que discurre entre cercas de piedra durante unos ocho km. y que desemboca en Segura de León. La pista, en general, fué divertida, atravesando plena dehesa verde, con sus charquitos de agua helada y su poquito de barro.
Aquí van unas imágenes de esta parte de la ruta:
mcortes y Luzeiro en animada conversación:
Una vista de la dehesa y de algún pequeño escollo. Después de lo que habíamos pasado, no nos fiabamos de nada.
Pero, adelante todos.
Juan Antonio (bombilla), el maestro de ceremonias mostrando el camino:
Este es mcortes (Manolo)
Este soy yo (Manolo) emege:
José Carlos (joseC)
Luzeiro (perdón si no escribo bien el nombre). Otro maestro:
Santiago, con una Varadero 1000 y un par:
Joao, con su preciosa 1150:
CONTINÚA EN EL SIGUIENTE MENSAJE.