Me alegro mucho, muchísimo, de esa experiencia tan positiva.
Respecto de los días de ese tipo... Miren ustedes, yo hago asiduamente kitesurf (cada día que haya viento no lo dudo un instante; antaño practicaba windsurf, pero me he reciclado...), y no hay mejores días que esos nublados. El agua tiene un color distinto, las cometas realzan sus colores, y lo mejor es cuando se abren un par de nubes y baja un rayo inmenso de luz que baña una parte del escenario. Es una sensación colosal. Se te olvida el frío, y algo que la mayoría de los comunes mortales piensan que es una locura (mira la ocurrencia, con el frío que hace, o lloviendo, o casi de noche, y esos ahí metidos en el agua haciendo el canelo...), se convierte en una experiencia de tintes no sólo maravillosos, sino también épicos.
Con la moto se viven momentos muy parecidos, y es usual encontrarse solo con tus pensamientos, totalmente aparte del mundo y conectado con todo al mismo tiempo. Una sensación difícil de describir pero que ocurre más fácilmente en los días así.
Lo dicho, enhorabuena por empezar su etapa amarronada con tan buen pie.