Aunque ya te ha contestado Manuel, Pepepower, cuando quieras te llevo a dar una vuelta (si te fías)
Me gustaría contaros mi "transformación" hacia la Ural.
Cuando Manchi me comentó la compra de un sidecar, sinceramente me chocó porque nunca había pensado en ello, jamás imagené llevar un sidecar. La idea ni me gustaba, ni me disgustaba, simplemente no me lo había planteado.
Me expuso sus razones, más o menos lo que ha puesto aquí, y como no se me da demasiado bien ir por campo pero me gusta, me pareció una buena idea.
La primera opción fue una que vimos de segunda mano, una Dominator con un sidecar Toro. Es un sidecar muy especial que pivota con la moto, no va unido rígido sino que se puede mover en el plano vertical, con lo que puedes ir por un camino con la moto y el sidecar un poco más alto por un ribazo, no sé si me explico.
Eso tiene sus ventajas e inconvenientes, cuando paras, tienes que poner el pie derecho en la unión de la moto con el sidecar para aguantar un poco el conjunto. La moto tumba, con lo que no sólo tienes que sujetar la moto sino también parte del sidecar. Es casi más complicado de llevar que una moto y la idea era ir más tranquila por campo.
Aparte, el sidecar tenía que llevar unas barras de protección que no estaban y daba la sensación de poca protección. La barqueta del sidecar era estrecha y te hacía ir con los brazos por fuera, con lo que la improtección era mayor.
Si le sumamos que otra de las ideas era viajar los dos con él, nos quedábamos muy cortos de espacio. Agregando la barbaridad que nos pedían por él, se descartó la idea. Supongo que si hubiera estado a un precio razonable igual nos lo habríamos comprado para probar.
El segundo contacto fue a los dos años más o menos (en el 2008). En una quedada de sidecares, me ofrecieron dar una vuelta como pasajera de sidecar y no me lo pensé dos veces. Fue .... casi diría que descorazonador. Era una moto de carretera, con un sidecar completamente carrozado. Era como ir en un coche pero minúsculo, se aproximaba más a ir en un ataúd con ruedas y la tapa transparente. No daba ninguna sensación de moto. Era algo muy estable, muy lineal y sin contacto con el exterior. Aquello casi hizo que abandonara la idea del sidecar, no me gustan los coches y desde luego mucho menos ir en un transporte cerrado y minúsculo.
Pero entonces, un día, hace unos tres años conocí la "puta rusa" de Ricart y se me aceleró el corazón de nuevo con la idea. En una quedada acudió Ricart (no lo conocía de nada) y le pedí que me diera una vuelta. Dios, aquello crujía, se movía, te daba el aire en la cara, parecía que se iba a desmontar al coger las curvas. Esa vibración me encantó. Fue una vuelta muy corta, pero al bajarme le dije a Manuel que quería una de esas.
Hace dos años nos la compramos y desde entonces (poco a poco) vamos haciendo las cosas que queríamos:
- Puedo acudir a una quedada haciendo más de 100 km por carretera (lo dudo con un quad) a una velocidad decente.
- En viajes largos puedo conducir tramos para que descanse Manuel (sobretodo después de comer y si se hace de noche, no veáis quése echa ). Llevarlo en la moto, con el equipaje y a Pistón se me hace impensable porque no tengo tanta fuerza
- Y sobre todo, empiezo a disfrutar yendo por campo conduciendo (de paquete sí que me lo paso bien en moto). Con la moto en cuanto hay agua en cualquiera de sus formas (barro, vadeos, nieve, hielo, un mini-charco,..) las neuronas se empiezan a dar golpes unas a otras y paniqueo.
- Y es una vacilada y una máquina de hacer sonrisas.
En contra hay que decir que cuesta conducirlo. Hay que cambiar el chip porque no es ni una moto ni un coche y hay que hacer bastante fuerza. En moto puedo ir tranquilamente todo el día y sólo tener un leve cansancio, conduciendo el side tengo que parar un rato cada dos horas más o menos porque los tríceps se me cansan y me quedo sin fuerzas. Un largo día de conducción de sidecar me suponen varios días de recuperación. Espero que poco a poco cada vez pueda conducir más tiempo.
Siento el tocho, es que como casi no escribo me explayo cuando lo hago.