
Iniciado por
estebangc
A mí me parece que el tipo del vídeo es un salvaje que se desfogaría también así en el bar. Ha ido a buscar al otro a saco y romperle el coche, es desproporcionado. A mí, como a todos, me han hecho barbaridades, y yo debo haberlas hecho también: siempre que he sido consciente he pedido disculpas de la manera más efusiva y si me lo hacen desde luego que me sobra, todos somos humanos. Es como si tienes un porrazo en coche por culpa del otro y aunque el tío viene a disculparse, a ayudar, a decirte que hace el parte diciendo que es culpa suya, tú respondes machacándolo a puñetazos. Un desatino.
El vídeo del post lo (re)pienso y el tío de la moto va al otro a quejarse (y con toda la razón, por supuesto). Pero si no quería líos para nada, y puesto que nadie había puesto en riesgo su vida, quizás lo mejor hubiera sido pasar del asunto y quizás el resto se hubiera evitado.
No sé si es porque ya no nos batimos en duelo, o porque no cazamos jabalíes con arcos y flechas con el corazón a mil por hora porque te la juegas o por qué, pero la gente busca deportes de adrenalina para desfogar (chapeau), mientras que otros buscan liarla por las cosas más vanales. Recuerdo una vez en Sevilla un padre de familia con la mujer y los niños que cambia de carril y no ve un scooter en el ángulo muerto. El "cani" le echa una bulla en el semáforo que lo flipas, dándole porrazos en el techo y diciéndole que abriera. El coche se adelanta un poco, porque no quiere líos. El tío, que llevaba el casco en el codo, coge y le mete una leche con el casco y le abolla a lo bestia la parte que hay entre la ventanilla y la luna trasera y se pira saltándose el semáforo. Creo que eso sí que puede justificar la descarga de adrenalina del padre de familia, que en un momento se sienta acorralado y le salga el instinto de supervivencia/protección de los suyos porque no sabe hasta donde va a llegar la cosa y salga a comerse al tipo. Cualquiera de las dos situaciones, fostiarlo o no hacer nada, pueden ser un espectáculo deplorable delante de uno mismo y delante de la propia familia, pero resulta que no hay opción C. Ambas un sabor amargo para no uno, sino bastantes días. El problema que veo es que no lo buscas y quizás te comes el marrón sin opción de evitarlo. Es lo que me parece alucinante. Es como cuando decían que si te encontrabas con unos skin heads por la calle, si seguías por su misma acera, te zurraban por no quitarte, y si te ibas a la otra acera, te pegaban por irte.
Estoy con Trompetas. Ninguna situación lo merece.