Una pléyade de motos blancas, casi todas ellas mueble-uves se reunieron para, al poco, verse inmersas en un sinfín de problemas.




Primero, una que iba de lado. A reparar. Nótense las juanolas, para quitar ( en lo posible ) los coceos del mono.





Poco después, otra decidida a provocar un paro cardíaco a un inocente conductor de un bicho de cuatro ruedas y puntal llamado Manitou. Reparación de emergencia con tornillería "prestada".




Por si fuera poco, a estas mueble uves el barro les gusta tanto que les encanta quedarse empozadas a ver si pueden permanecer más tiempo.



Otro mueble-uvero parece querer sumergirse también.




Menos mal que las Yamahas, una de ellas con ruedas de carretera (!) pusieron las cosas en su sitio. Aunque había una blanca que no sé yo ...
A la KTM ni la mento, no vaya a ser que algún mueble-uvero me la quiera cambiar y le tenga que decir cuatro palabras.

Coñas¿? aparte ( jaja ), nos reunimos unos cuantos que hacía tiempo que no nos veíamos, disfrutamos de un día espléndido y comimos bien, cosa rara.
De todos modos no quedé muy satisfecho del sitio, nos querían cobrar de más y el cocido estuvo bien, sí, pero ya los comí mejores. Será que soy un tiquismiquis. Pero ya tengo otro cocido en la lista para antes de que se termine la temporada. Casa Peizás en As Neves - Coruña -, en los alrededores del embalse del Eume, un sitio precioso.



Un mensaje de ánimo a Cancio, que no pudo asistir por fuerza mayor.
Alegrándome de ver a los Coruños Pikas - mejórate, que te litotricien bien -, Lulo que ya camina con soltura aunque todavía con muleta - y Alfaomega gori-gori alias Patxi que con su vozarrón amilanó los desmanes decibélicos de las mesas colindantes. Y a los hermanos lucenses Villa y Fernando, nos vemos en la próxima.
Furkapass narró sus padecimientos térmicos en el lugar que le da nombre, aunque parece resuelto a que no vuelva a ocurrirle nada similar cuidándose consecuentemente.

Lo mejor la compañía, que decía aquel insigne norteño moñas.