Pues después de unos cuantos minutos de meditación y muchas semanas convenciendo a mi mujer (la pobre tiene ganado el cielo), conseguí que me dejara comprar un hierro para darle caña por fuera del asfalto... eso sí con un presupuesto muy reducido.
La elegida con ese presupuesto, una Honda XR600R, que aunque había varias por ese precio, con ayuda de Nitrox, escogí la que aparentemente estaba más original y con menos años.
Contacté con el vendedor, que me dio buenas sensaciones por teléfono, le pedí más fotos al detalle y con la condición que me la tenía que entregar con la ITV pasada.
Así que aquí está mi XR600R del 98





Un hierro de patada, que hará que mi pierna derecha parezca la de un culturista.