Buenas.
Aunque soy poco croniquero, os voy a hablar de mi última salida. Hacía ¡cuatro! meses que no salíamos. De hecho las motos estaban a la venta por no usar (y es la verdad, dado que particularmente a mí me gusta más el enduro y por tanto ponía poco empeño en salir con la tenere) si bien, después de esta salida, ya no las vendemos
Decidimos una ruta clásica, por una zona de España que conocemos muy bien, el Alto Tajo (de hecho casi no me hacen falta ya ni los mapas, pues conocemos la zona desde hace más de 20 años) y añadiendo un componente bucólico: la acampada libre.
Jueves 9:30 ya estábamos rumbo a la NII. Aproximadamente en el km 88, hay un pueblo llamado Gajanejos que a poco más de 1 km hay un “túnel ratonero” por donde se puede cruzar la autovía. Desde ahí casi todo el trayecto por pista en buen estado (y todo muy verde) aunque siempre teniendo cuidado con el barro de Guadalajara, que es bastante jodido.
La dirección era Trillo, si bien antes pasamos cerca de pueblos como BarrioPedro y Solanillos del Extremo. Esto es el aspecto de la zona:
Por cierto que mi hermano quiere ocultar su cara. ¡Si no eres tan feo, hombre!
El calor empezaba a apretar.
La salida hubo que estudiarla…
Trillo a la vista (por cierto, la gasolinera la han cerrado, de manera que tuvimos que desandar hasta Cifuentes para llenar). En Trillo decidimos comer, en un bar que encontramos a las afueras, en una terraza bastante cómoda, un bocata, un par de cervecitas, bien, bien.
Sobre las tres continuamos hasta Taravilla, que era el pueblo donde teníamos previsto acampar. Antes pasamos por Morcillejo, Arbeteta, Villanueva de Alcorón (parada en una fuente en el camino: todo una clásico para nosotros)
… y panorámica de la explotación de Caolín desde Peñalén
Cerca de Taravilla, por la zona del Río Cabrillas buscamos una zona donde acampar
Sin embargo, el sonido intenso del río nos hizo pensar si toda una noche así… así que decidimos acercarnos al pueblo en busca de una zona que nos gustase más. Y la encontramos, a tan solo unos km de Taravilla, con unas vistas espectaculares
Por esa pista zigzagueante habíamos venido:
Y mi cara de satisfacción:
Ambos pensamos que el sitio de acampada tiene que ser cómodo, discreto y que no quede a mucha distancia de un pueblo donde poder bajar a cenar. Así que decidimos ponernos manos a la obra y montar la tienda
Ya casi de noche bajamos a Taravilla a cenar al único bar que existe (y menos mal que al menos hay uno) donde disfrutamos de la cena y de la tranquilidad. Como en el pueblo donde al día siguiente cenamos (Fresneda de la Sierra) éramos los únicos allí cenando, por lo que los dueños te preparan de buena gana lo que pueden: un plato combinado y listo.
Al día siguiente teníamos estas vistas:
Y una vez empaquetado todo, de nuevo en marcha dirección Peralejos de las Truchas
Panorámica de la laguna de la Parra desde una pista que trascurre por todo lo alto del monte que la guarda:
Y foto “moñas” del que relata
No nos detuvimos en Peralejos, sino que seguimos dirección sur con intención de llegar al nacimiento del Río Cuervo todo por pista. La ruta depara paisajes muy hermosos:
Cruzar el vado de la Hoz Seca aparentaba sencillo, pero estaba más hondo de lo esperado y mi hermano tuvo que meter pie hasta el fondo.
Y claro…
La subida hasta los altos de la campana no es, digamos, la más adecuada para una moto trail gorda (220kg con gasofa y equipaje). La pendiente es bastante fuerte, piedras sueltas, roderas… en fin, que la tensión fue alta. Ya la conocía y sabía que no iba a ser fácil, y desde luego no lo fue. Afortunadamente (y digo afortunadamente porque que en más de una ocasión pensé que me iba al suelo) logramos llegar arriba, si bien en la penúltima curva nos quedamos.
Aquí mi moto todavía en el suelo después de subir la de mi hermano. Como ocurre a menudo, la pendiente parece menos en la foto. La tercera, por el lado de la izquierda, hace más justicia a lo que era la subida
Vista del vado por el que habíamos pasado hace unos minutos, abajo a la izquierda:
Agotado por esfuerzo. La última recta que quedaba, menos mal, era la más fácil
Superada la subida, choque de manos y a seguir. Muchos km por pista nos separaban todavía del nacimiento del río Cuervo, y en el camino paisajes como estos:
La zona recreativa del Cuervo estaba hasta la bandera… imposible encontrar mesa. Decidimos bajar hasta Tragacete, donde en el Hostal Serranía (en mi opinión, el mejor de la zona) pudimos comer por fin bien a gusto… teniendo la moto bien a la vista. ¡Qué bonita es!
![]()
La demora de Tragacete nos hizo tener que prescindir de alguna pista si queríamos llegar con tiempo a nuestro próximo lugar de acampada. No importa, pues las carreteras de esta zona son divertidas y los paisajes bien bonitos., aunque no paramos a hacer más fotos. Tan solo del sitio donde poner la tienda, que ya conocíamos, no muy lejos de un pueblo llamado Fresneda de la Sierra, donde cenamos bien a gusto (es curioso, la segunda vez que cenamos en este pueblo, la última hace un año, y el dueño se acordaba de nosotros). Estos pueblos tan pequeños tienen para nosotros encanto. Odiamos las aglomeraciones, los sitios típicos a visitar. Nos sorprendemos en general del carácter tan gregario de la gente.
La tienda lista
Por la mañana todavía hace frío
Me gusta esta foto
Meter el saco en su funda requiere empeño :
De camino hacia Fuertescusa, había pistas muy incómodas, con roderas gordas. Son todo un coñazo, pero es lo que hay…
Y última foto antes de llegar a desayunar al hotel de Fuertescusa. Nuestro plan en principio era habernos quedado un día más por la zona e ir a dormir al Hotel de Zaorejas, pero diversos motivos nos decantaron por dejarlo aquí y regresar a Madrid
Como conclusión, ruta muy bonita y muy entrañable, de esas que quedan para el recuerdo. Lo peor: las roderas y la moto cuando hay que levantarla, pues pesa lo suyo. Pero por el contrario también hay que reconocer la polivalencia de la moto: si vemos lo que es capaz de cargar, la autonomía, lo dura que es, por donde es capaz de subir (acojonados, pero sube, pues tiene un motor noble y es bastante estable cuando decides la trazada) y que luego te vuelves a casa por autopista con cruceros de 130km/h protegidos por una buena cúpula, y que por puertos ratoneros se mueve muy bien, no queda más que reconocer que, por el precio que vale, es una opción de las más razonables. Sigo pensando que por campo es un poco paquete, pero claro, si quiero tener todas las demás cosas no me queda más que perdonarle lo otro.
Bueno, espero que os haya gustado. Y tardaré en colgar otra, que esto de escribir y subir las fotos lleva muuuucho tiempo, compañeros ;-)