Así se llama esta montaña eslovena donde hemos dormido hoy. Pronunciado “boch”. Escrito “boig” en mi lengua materna significa “loco”.
Loco es quedar con los amigos en lo alto de una montaña a las ocho.
¿A que no sabéis quién era el nuevo? Hay que estar muy loco para venir con eso.
Fuera de coñas, aceptamos pulpo como animal de compañía.
Lo de cuatro miran y uno trabaja, en Eslovenia también se lleva.
Lo que no se lleva tanto es parar en el bar para ponerse fino a tocino. Con lo bonito que es llevarse el bar contigo.
La arcilla loca.
Esto es hacerse la picha un lío.
Y esto para hacerse un lío en la picha.
Aunque hoy lo de menos es el camino, las vistas o la pendiente, lo que importa es el guateque...
Y por si alguno mojaba esa noche también montamos tienda. Total, para nada, campo de nabos.
Fogata con mueble al fondo.
Y el menú, ufff, el menú. De primero, sopa.
De segundo, Lapiedra.
Y el postre.
¿A vosotros no os decían de niño que si miras mucho tiempo al fuego después te meas en la cama?
Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás.
Salud
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