Este fin de semana tuve la suerte de conseguir que me acercaran a Ambato (a 150 kilómetros de Quito), provincia de Tungurahua, con la moto cargada en el balde de una camioneta.
Quería darle la vuelta al Chimborazo, pero entre que llegamos tarde y me tocó comer con la familia, al final salí a las 14.30h. Aquí todos los días anochece a las 18.30h. Además, la moto aún está en rodaje, así que el ritmo es de 50km/h. Y conducir de noche todavía me da miedo. Así que planeé una ruta más asequible que me llevaba a los pies del Chimborazo, y vuelta. Además como iba con el tiempo justo, no tenía mucho tiempo para sacar fotos. Así que intentaré explicar con palabras lo que ví.
Me dejan en la entrada a un encañonado. Por ahí, recto, me tengo que meter, siguiendo el río. Mierda! se me ha olvidado hechar gasolina! pero en el mapa que tengo dice que en Pasa, un pequeño pueblo al comienzo de la ruta, hay gasolina. Pregunto antes de llegar, pero todos me dicen que allí no voy a encontrar gasolinera... Yo por si acaso me acerco... Me desvío de la ruta y tomo un camino que sube, y sube, y sube... Preciosos paisajes del encañonado, vuelvo a preguntar más cerca de Pasa y me confirman que no, no hay gasolinera. Pero! en una tienda en el parque sí voy a encontrar quien me venda. Bien por el mapa! Llego al parque y encuentro una iglesia PRECIOSA. Con un púlpito de madera impresionante, un altar espectacular y de estilo barroco. Vienen a decirme si quiero que me abran la iglesia para entrar, pero voy con prisa, hay que volver con más tiempo. Encuentro la tiendita, echo un galón y pongo rumbo a destino.
En el camino me encuentro con gente limpiando ropa en el río, con cerdos asados y destripados (o destripados y asados) colgados de un gancho al lado de la carretera, dispuestos a ser comidos por quién pague, y una carretera en obras, medio asfaltada y medio bacheada. El camino es frondoso, fresco, sin frío, poco tráfico, y sin cruces. De repente, empiezo a subir, hasta que llego al páramo. El frío se empieza a notar. Vislumbro la cima nevada el monte, me animo. Miro hacia la derecha. Está negro y nublado. Menos mal que yo voy para la izquierda, que está con claros y nubes. Las manos se entumecen, mi cuerpo se tensa del frío, pero continúo, pasando pueblos, vacas, llamas, serranos con sus trajes típicos, y, por fín! el destino:
Toca volver por una carretera nacional con más tráfico, que va paralela a la que acabo de hacer, pero por una de las lomas del otro valle. Hace frío, pero la moto responde bien. Sin darme cuenta, como es cuesta abajo, la moto alcanza los 80 km/h. Por fín he llegado a los mil kilómetros de rodaje, así que no me preocupo mucho, y mantengo el ritmo. De esa manera, no tengo que preocuparme por el tráfico, ya que es la media de velocidad en este país. Mientras que la ida la hago en 2 horas, la vuelta está lista en una horita. 60 km de ida, y 60 de vuelta, llego a las 17.30h, contenta; a gusto; satisfecha.
Esa noche vamos a dormir al campo, a Los Andes, cerca de Patate, a los pies del Tungurahua, volcán activo. Está nublado así que no puedo verlo. El domingo consigo un guía local que me lleva a trailear por una pista que se ve al frente de la casa, y que recorre de punta a punta el valle donde nos encontramos.
La cosa pinta bien!
voy un poco asustada porque soy responsable de un niño de 12 años (que por cierto no se amilana con nada). Para nuestra desgracia, la pista se vuelve chaquiñan y es imposible continuar
Pero el paisaje ha merecido la pena
Decidimos tomar otra ruta, un camino incaico que él conoce; mientras nos dirigimos al siguiente destino, SE ME BAJÓ LA LLANTA!!
Menos mal que estabamos cerca de la casa, y pudimos llamar para que nos vinieran a recoger. Y ahí se acabó el finde motero.
El jueves la llevaré a la siguiente revisión, a ver si ya puedo ponerla a 80-100km/h con más holgura, y empieza lo bueno!!
Saludos, besos y abrazos!
Por cierto, la moto, con una galón de gasolina hace 120 kilómetros. Con todo el depósito me arriesgaría a hacer 200 kilómetros antes de empezar a preocuparme. Recuerdo que la autonomía fue una de las caracterísitcas que hizo que me decantara por ella.
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