Me di cuenta después de pegármela. Por suerte, estábamos subiendo un camino de cabras, toqué el freno delantero, la maneta estaba esponjosa, tiré de freno de atrás en modo pánico, derrapó y me caí suavemente y con suma elegancia...No pasó nada.
Y sí, llevaba pastillas de repuesto. Aunque logré encontrar las otras dos que se habían caido. Perdí el tornillo y una de las dos chapitas que hay en la pinza. Con un tornillo largo y una tuerca que tenía de repuesto conseguí arregrarlo.
Un error que cometimos fue no revisar las motos con mayor frecuencia. Quizá media hora de revisión al dia hubiera bastado para evitar imprevistos de este tipo.
Un fuerte abrazo y póngame a los pies de su señora.