Vamos con el segundo día:


El despertador sonó muy temprano para estar de vacaciones, nos dimos un desayuno continental incluido en el precio y cargamos las motos. Atravesamos Almagro con una gran nostalgia y con el pensamiento de volver pronto a un lugar tan bello como este.

Cogimos el track, El Dakar del Quijote nos esperaba y allá que nos marchamos con el gusanillo de lo desconocido por delante y por ver.

Los primero kilómetros transcurrieron muy rápidos, ya se sabe que el roce hace el cariño y Maese Pedro y yo habíamos compartido cama la noche anterior y con tanto cariño y con la excusa del polvo que había para todos circulamos en paralelo como dos viejos enamorados por los caminos que antes, hace algunos siglos lo hicieran Íberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos, todo era perfecto hasta que una rama de doce centímetros se clavo en el Heidanau de mi Honda y la vació en un suspiro, después del suspiro yo me cagué en todo el coro celestial mientras San Pedro bajaba de su 625 y sin mediar palabra preparaba los artes necesarios para reparar tal inoportuno desperfecto. Cada uno de nosotros habíamos llevado una cámara delantera de 21 pulgadas por si las moscas, pero nadie trajo una de 18 por lo que pudiera pasar, así que Tairo dijo, voy volando en la GS y me traigo una recámara como decimos en mi pueblo, mientras tanto San Pedro que bajó de su 625 había desmontado el eje, sacado la rueda trasera y destalonado la cubierta, puso dos parches ya que la rama de 12 centímetros había perforado los dos lados de la cámara así como la cubierta que sufría un serio deterioro. Paco y Alejandro compartieron las tareas de reparación magistralmente mientras yo me dedicaba a insuflarles ánimos y grabarlo todo en video, que luego les gusta verse en faena.




Ese tiempo necesito Javier para volver con la cámara, inflamos la reparada pero no funcionó el efecto parche, el daño había sido de órdago a pesar de ser recámaras reforzadas y recaras de los cojones, así que a destalonar otra vez montar inflar, montar y salir una hora y media después de aquel infierno.



Menos mal que apenas unos kilómetros después llegamos al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, espectacular lo poco que vimos, teníamos muchos kilómetros por delante y ya se sabe en estos viajes, así que como de Almagro nos marchamos de allí con lágrimas en los ojos que se mezclaban con el siempre presente fes fes y que formaban una película de barro en los ojos, de peliculón peliculón.









Pasado Daimiel la pista atraviesa una dehesa preciosa, el camino tiene algunas piedras que algunas suspensiones negocian mejor que otras, aquí los wp y los ohlins funcionan a las mil maravillas y sus dueños encantados, los que no tenemos esas cosas pasamos bien pero no también como los otros.



En esta zona la ktm de Tranquilón dijo basta y se le fue todo el sistema eléctrico, nos temimos lo peor, estábamos alejados del mundanal mundo, allí en medio de un bosque impresionante con una moto de doscientos y picazo kilos que no encendía ni una bombilla, podía ser el fusible general pero no lo era, podía ser otro fusible pero tampoco, podía ser la batería pero en las ktms están tan escondidas que es un coñazo alcanzarla. Una vez más Maese San Pedro bajo de su 625 indestructible con deposito para recorrer medio mundo y con esa voz celestial nos dijo que no temiéramos, que todo tenía solución, todo tiene solución!!! y el tío fue y lo solucionó en el tiempo de rezar un padre nuestro, así que amén y vámonos que son las tres de la tarde y el hambre mata.






Cruzamos varios ríos secos de piedras sin ninguna consecuencia, a partir de ahí el track se adentra en un precioso bosque de pinos, lugar protegido donde habita el Lince Ibérico, no vimos ninguno, pero estar están ahí.







Paramos tarde a comer para estar de vacaciones pero es que no había ningún lugar para ello allí dentro, donde habita el Lince Ibérico.













El track se adentra en la provincia de Toledo y en el primer pueblo al que llegamos nos detenemos para reponer fuerzas, otra cosa no, pero reponer fuerzas hemos repuesto y repuesto, algún kilo de más seguro que hemos traído ya que la gastronomía local era de lo más suculenta, así que entre judías y churrascos aderezados con cervezas sin alcohol y otras con más, algún que otro vino pasamos las peores horas de calor manchego baja las sombras de arboles y toldos aquel Sábado de Agosto.

























Rellenamos los camel backs y salimos a pista otra vez, a partir de aquí los carriles son mejores, más anchos y rápidos pero con más polvo también, recorremos grandes extensiones de cultivos, fundamentalmente cereales con los imponentes Gigantes presentes en las atalayas que nos circundan, el calor, el polvo, las averías y los churrascos ha hecho mella en nosotros , es aquí donde vemos otra vez a los Gigantes vigilando nuestro caminar, y ante tal situación por no se que motivo uno de estos Gigantes debió secuestrar a nuestro amgio Cruieser al que por arte de magia perdimos de vista durante algunos kilómetros, tantos que llegó a preocuparnos la situación. Una hora después dimos con él en una gasolinera, fue un momento relax, ya estábamos otra vez todos juntos, así que más felices que Marisol nos fuimos de allí.







Circular a la orilla del rio rodeados de viñedos tiene su punto, fue un tramo muy divertido, a nuestra izquierda el rio a nuestra derecha kilómetros de viñas, viñas para el vino de la mancha, vino de la mancha que me acompañó durante toda mi juventud joven, así que me sentía como en casa, me traída muchos recuerdos aquellos paisajes, recuerdos de los festivales en Villarrobledo y demás sitios de bien vivir que siempre me gustó frecuentar.


Pues a la orilla del rio llegamos hasta la cola del embase de Peñarroya y su Castillo chulo chulo con sus vistas chulas wapas chulas, nos hicimos unas fotillos, Alejandro echó su cigarrito y salimos silbando de allí, eran las ocho de la tarde y queríamos llegar a Las Lagunas de Ruidera, así que desde este punto carretera chula wapa chula y manta hasta las lagunas.











Muchas Rsssss por la carretera molana chula chula hasta que llegamos a Ruidera que estaba masificado no,lo siguiente. Paramos en la parte alta de las Lagunas que según Paco estaban algo más tranquila, así fue, pero claro, cuando las playas más cercanas se encuentran a muchos kilómetros de distancia tener un Paraiso natural como este en el centro peninsular, pues claro, ya se sabe, la gente tiene que pasar este Agosto como sea.













Se nos hizo de noche así que como es normal, Tairo propuso hacer una nocturna y salir de Las Lagunas a través de una pista muy wapa, que a pesar del polvo continuo y la oscuridad total se nos hizo muy agradable de transitar. Así llegamos a Osa de Montiel, donde haríamos noche en una Pensión que el amigo Alejandro nos había reservado con gran acierto, ya que sin ser para nada lo bonita y wapa chula chula de Almagro, para dormir estaba más que decente, además el precio era tan bueno que la hacía espectacular.
De Osa de Montiel podría hablar un poco pero quién soy yo para ello, sólo diré que en el Patio se cena normal pero es lo más caro del viaje, y lo comido no merecía ni mucho menos lo que nos toco pagar, fue como decimos en mi pueblo, una clavada de las de no te muevas, así que ha este lugar no volveremos nunca más.

Y así a grandes rasgos más o menos esto es lo que dio de sí nuestro segundo día por tierras manchegas,un día de perros al principio, de linces más adelante, de bacas en la mesa y polvo para repartir por tierras del Caballero Don Quijote de La Mancha.




Ale, luego sigo con el último día, que también tuvo miga....