Tengo el dia algo gamberro. Os he avisado.
La cabeza promete hoy dar caña. Tal vez la tormenta de anoche polarizó algunas neuronas.
La alternativa a darle al coco será la moto. La niebla es tan espesa como los pensamientos.
Toca evadirse aliándose con la carretera y sus aledaños.
Mientras rodillas y pretiles flirtean, un tunel de luz surge peleando con las brumas.
Agita el revuelto ánimo de hoy el inverosimil salto de un trozo de rama. Un buén susto.
Doy esquinazo a la niebla (solo a la exterior). Las vistas no acallan el "run run" interno.
Pasado Cartelle divisamos la torre de Sande. El Arnoia se oculta en su cañón.
Comienzo una bajada.
El vapor de agua en suspensión vuelve a ser una vistosa amenaza.
El electromagnetismo de una minicentral y el frescor del río apaciguan las ondas cerebrales.
Valles para cultivar...
...y montaña para vivír.
¡Ah! la montaña, resuena en mis hemisferios con placer. Las cumbres siempre me gustaron...
...pero habia una que deseaba y no se podia ascender pateando. Aprendí en un club las ténicas de
escalada y me federé.
Esa cumbre era el pico Uriellu, Naranjo de Bulnes para el gran público
Por la cara sur lo subí en un par de ocasiones.
Pero la primera vez...nunca se olvida.
Vuelvo, no sin esfuerzo, a la tierra. Un rato por el bosque siempre hace bién.
Llego al río Avia que también transcurre por un momento extraño. Pasa de ser una silenciosa lámina, a una
ruidosa turbulencia.
Las ruedas giran por poco tiempo sobre el asfalto. El cruce geográfico lo tomo a estribor.
Toboganes internos y externos me llevan a un remoto remanso del Barbantiño.
Estoy saturado de pensamientos, pero como en los buses africanos, siempre hay sitio para uno más: El de
no ponerme casco para hacer aquellas "zonas" de altisima dificultad con la Makandrius...
...o para cruzar frágiles puentes hechos con cajas de frutas.
Y es una triste tontuna querer cometer un pecado, equivocarte y cometer otro distinto. Sigo avanzando.
No importa que el tipo de firme sea indefinible.
Ni que en los pueblos ya no haya un alma.
Ni que los rios dorados no lleven oro.
Ni que algunos "naveguen" por lejanas galaxias.
La Domi me lleva hacia Leiro.
Melancolía y otoño se confabulan.
Medito tratando de descubrir las estrictas leyes que rigen el caos.
Va tocando retornar.
Hoy no necesito demasiados estímulos para evocar el ayer. Pero el hermoso bus es más antiguo que mi
pasado. Al menos de esta reencarnación.
El dia sigue frio...
...pero la memoria me propone calor. Este sol de noviembre ilumina pero no tiene la temperatura
de hace dos años y pico, cuando mi chica y su GS me llevaron un finde ( uno estaba en una etapa sin moto) a la hermosa playa de Las Cuevas del Mar (Asturias)
Un lugar fantástico.
La moto, que conoce el camino de regreso, me ha calmado el temporal interior. La placa base parece que la tengo mas refrigerada.
Pasas por la ciudad y te reafirmas en que todos vivimos entre la lucidez y la ofuscación.
Voy camino de casa. La belleza está en los ojos del que mira. Estos tonos son efímeros. ¡Pero te elevan!
Saludos a todos