Hay posibilidades de hacer una salida. Rapidamente: ¡¡A montar en la máquina!!

Bueno...esa no...que fué hace años. Ahora me subo en la moto. Primero hay que hacer unos recados.
Comenzamos bajando por pista.

El dia gris cubre la ciudad. El sol parece una lejana promesa.

Conversación en un mostrador: Quería estiercol para las fresas - ¿Pero por que no las pruebas primero
con nata? Risas generales. Salgo de la capital y reposto. En mi pueblo la tecnologia es algo obsoleta...eso
sí, los precios estan a la última. Nos reimos de los que niegan los oligopolios (y otras cosas).

Escucho decirle a un empleado a otro compañero en un desguace: "Jo tio, te pierdes mas que una 10-11"
Consigo una pieza y salimos. La moto inquieta, parece aliviada de salir.

Hoy le tengo algo de alergia al asfalto. Tomo una ruta conocida con la bici.



Sobre un depósito de agua tratando de recordar los cruces, me paro junto un esqueleto de scooter. ¿¿Que
pasa, la peli de hoy va de terror?? replica una mosqueada Dominator.

Una moto hablando; no me extraña. Me comentaba un considerado amigo que llevaba mucho tiempo sin
hablarle a su mujer, ¡no queria interrumpirla!

Localizo un antiguo enemigo. Este riachuelo es traidor como pocos. El cauce, de orillas pegajosas, tiene un
metro de profundidad en el centro. El paso de piedras es irregular y resbaladizo como el hielo. Como hoy no
es imperativo meterse y no me vé nadie, hago un rodeo y prosigo la pista.


De nuevo la niebla. Tengo que ir al oculista pero nunca "veo" el momento.


Entro en la hermosa zona de "O Rodicio"

Un conjunto de molinos en un recóndito lugar.

Apago el motor. Los sonidos son los mismos de siglos atrás.

Respiro una atmosfera especial. Soy consciente de ello mientras camino.


Entrada de agua de un molino.

Su fresco interior.

Y su acceso.

No apetece irse de aquí.


Pero seguir andando en moto es una motivación. Salimos pues.


Entronco con otra pista crujiente y mullida.

¡Una gozada! Tampoco quiero que se acabe.



Pero si termina. Al menos la carretera al Pazo-fortaleza de Vilamarín suaviza la transición.



Todo son contrastes camino del río Avia.




Ya en Leiro. Pequeño paseo. Me decia un compi de trabajo ayer: Yo solo le pido dinero prestado a un
pesimista, no esperan que se lo devuelvas. La sonrisa es luz.



Casi nos metemos en el agua que parece una pincelada impresionista. Solo faltan Simon y Garfunkel
cantando "Puente sobre aguas turbulentas".




Aunque también alguién compuso "Puente turbulento sobre el agua" No lo paso.

|