Despedimos el 2014 la quinceañera Domi, y su piloto, que lleva alguna adolescencia más encima.
Salimos entre muros. El asfalto termina y seguimos tan contentos. Gran invento las trail.
La sombra, unas semillas y la humedad, tapizan con el tiempo cualquier cosa.
El objetivo de hoy es el modesto y antiguo (Siglo XIII) puente de San Fiz. Algo de carretera hasta el cruce que por tierra, mas bien por hojas, nos acercará allí.
Lo que parece una evocadora pasarela...
...es en realidad una presa más del excesivo número de minicentrales en los pequeños rios gallegos.
Pese a ello el lugar no ha perdido toda su belleza.
Cruzamos la presa. El camino cementado se va cegando. Volvemos a las orillas del río Barbantiño
Oculto entre la vegetación nos espera el puente de San Fiz.
Hasta en verano se respira humedad aquí. La vista se lleva un homenaje en este entorno.
Busco la moto en esta selva. Rompen el silencio los escapes. Atravesamos el puente.
Mirada hacia atrás.
Ojeada hacia adelante.
Una curva metálica con olor a grasa...
...y otra de asfalto que huele a resina.
En unos metros descubrimos la fuente aromática.
Tierra y cielo acordes con la estación del año.
Ya de regreso nos detenemos...
... deseando que el nuevo año se enrolle bien con toda la peña.
Creo que si la vida te da limones, deberías hacer limonada.
Y tratar de encontrar a quien la vida le da vodka y hacer una fiesta.