Tarde gris amenazando lluvia y una moto balanceandose por carreterillas locales.
Tomo un desvio hacia la aldea de A Pena. Subo por su pista cementada. La mina de agua
y el lavadero rezuman soledad.
Todavia sobre la moto nos aproximamos por una senda...
... a una ancestral estancia aprovechando la oquedad de una roca. Imágenes del interior y exterior.
También una casa utiliza un peñasco como pared.
¡Hasta le sobra roca a la casa!
Lástima que el resto de la vivienda sea una ruina.
El pueblo está deshabitado pero parece que varias casas y huertas están cuidadas y se usan por
temporadas. Gozando de estas vistas uno tendria también un refugio.
Busco, literalmente, la moto; oteo la carretera por donde iré y dejamos este pétreo silencio.
Unas curvas mas adelante - mas que andar en moto voy de paseo - nos detiene el rumor del agua.
Un poco despues me llama la atención una curiosa formación. Me apeo y es un enorme y
tortuoso "Taffoni" capricho de la erosión por humedad, química y eólica. Parece querer engullirme.
Proseguimos entre un reino vegetal generoso. Hasta el fibrocemento de un tejado lo pueblan
líquenes, hierbas y musgos.
Colores. Tonalidades de ocres, verdes, marrones... y decenas de años y litros de sulfato de cobre crean
magentas imposibles.
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