Deambulo por la zona buscando un punto de arranque, sin demoras, sin importar el cómo o el por qué, únicamente buscando el destino…
Destino que quedo abortado en la salida anterior y que reedito para terminar lo que quedó pendiente…
Dicen los libros de criminalística que los “delincuentes siempre vuelven a la escena del crimen”…
Aunque yo no soy ningún “delincuente” y no he cometido ningún “crimen” sí que puede haber algo de cierto en el tema. Regreso como un “descerebrao” a completar el recorrido. Sólo me importa el destino…
El cielo plomizo con su luz difusa oculta los resaltes del camino; no hay contraste, sólo barro traicionero en los campos; pero ellos no me obligan a transgredir sus dominios; es un envite noble: yo no te pido y tú no me traicionas…
Deja que surque el camino, sin herir tus entrañas; estoy aquí porque tú nunca me fallas, porque necesito de tu nobleza…
Voy sin prisa aunque ya es un poco tarde y me entretengo en ver unas construcciones singulares de las que la zona está plagada…
No puedo resistir meterme por una pista que sale a mi encuentro y a cambio me regala estas vistas…
Vamos ascendiendo y los valles y collados se suceden y solapan. Tengo que parar a registrar el momento…
Me pregunto qué mal hacemos en recorrer estos caminos con respeto; hablando con la jaras, susurrándole en el oído a los montes…ellos nunca te fallan…siempre recios en su cara norte y amables con el paseante en la cara sur…
Sale el sol, se oculta, sale el sol, se oculta…
Ya de bajada el camino se espesa por la intervención del hombre…estos pinos no son nativos de la zona…
En las zonas de umbría aparece nieve – hielo que me hace extremar la precaución; todavía estoy resentido de la fisura en la costilla que me hice en la salida anterior y no quiero hacer masa…
Con cuidado, manejando los mandos con delicadeza dejando que el motor ronronee y retenga a su antojo…
El pueblo que se ve al fondo a la izquierda seguro que lo reconoceréis; he aparecido por la parte este y a la derecha discurre la pista que lleva al pueblo…
Toda la masa verde que aparece encima del monte fue plantada en una repoblación en los años cincuenta que en realidad lo que hizo fue “matar” los pastos de los que se nutría su ganado, prácticamente su único medio de vida y motivo por el cual tuvieron que emigrar según cuentan los libros…
Seguimos nuestro camino…
Iniciamos una nueva ascensión y la nieve y el hielo empiezan otra vez a aparecer, habrá que ir con cuidado…
El valle por el que tengo que pasar no presenta un aspecto muy alentador…quizá los elementos me venzan otra vez…
El tramo de bajada al valle discurre por la cara norte y eso se nota; cada vez hay más nieve acumulada y me cuesta avanzar…
La rueda trasera se está enterrando cada vez más y le cuesta mucho traccionar…como ventaja es que no tengo que poner la pata de cabra!! Jajajajaja
Mi destino se ve al fondo a la izquierda del monte…empiezo a pensar en dar la vuelta. No la quiero volver a liar parda…voy a hacer un reconocimiento andando antes de continuar y no poder dar ya la vuelta…
Me encuentro a este simpático lugareño que me invita amablemente a dar la vuelta no sin antes pedirme que me haga un selfie con el…
Esta parte del camino está impracticable, lo más sensato es dar la vuelta y poder contarlo…
Puede parecer que no hay mucha nieve pero os puedo asegurar que costaba mucho avanzar incluso a pata, ya que la parte de abajo estaba helada…
Me tengo que volver por donde he venido no sin cierta decepción en busca del valle donde desaparezca la nieve y el hielo…
En cuanto descendemos unos cientos de metro el paisaje se transforma e invita ahora si a recorrer sus caminos…
Nos las prometíamos muy felices y es que a la que te descuidas aparecen las dificultades…
La extracción de madera de este bosque con maquinaria pesada ha destrozado el camino…y luego dicen de nosotros…
Amontonan los “trofeos” en una pila macabra…si la naturaleza pudiera hablar!
Me doy cuenta que he perdido o se ha roto el muelle de la pata de cabra…los troncos “caídos” me permiten recostar la moto…
Otra vez el tractorcito apoyado por los árboles…
Prosigo mi camino ya de vuelta a casa pues se está haciendo de noche; quiero pisar lo mínimo el asfalto y eso me obliga a sortear obstáculos de todo tipo…
Aunque un poco largo tampoco ha sido para tanto…
Ya por fin llego a un pequeño pueblo donde tengo que coger carretera y al que parece invitarme a parar este bonito ábside pseudo románico…
La ruta aunque otra vez interrumpida termina de una manera más sosegada que la ruta de Matallana…
Esto me obliga a preparar una nueva ruta para en breve concluir el recorrido que por segunda vez he tenido que abortar…y mientras me relajo con un estupendo bocata + acompañamiento reviso con emoción las imágenes en la cámara imaginado el desenlace final...
CONTINUARA…