Yo tuve una perra a la que le ense;e a montar conmigo en el vespino. Eran otros tiempos y la llevaba por toda Valencia montada en la moto conmigo. Se sentaba encima de la barra del chasis sobre el motor y el deposito y ponia las patas en el manillar y la tia iba encantada. Acabo motandose hasta en las motos de mis amigos.