Hoy nos hemos juntado tres quincuageniarios, dos más cerca de convertirse en sexagenarios que el que escribe con los cincuenta cumplidos no hace mucho.
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La ruta era lo de menos salvo que fuera para conocerse, es decir, que nada de pasos para liarla, pues había personas nuevas y motos nuevas: esas trail de más de 200 kg,
El recorrido se tenía que dar por hecho, archiconocido, facilón, y que permitiera parar a empezar a charlar, compartir cacahuetes, agua, mucha agua - café ni de coña, pues mío solo mío - pasas, nueces y no recuerdo que otras chuches había por las mochilas..
Y por otro lado, había que conocer para qué narices valen estas motrancas pesadas en campo frente a unas camperas de 100 kg,, o a unas alejadas en potencia, y postura RR.
Así que si por ahí no lo ves, media vuelta y ya nos vas contando como sientes la moto, su peso, y esos neumáticos de RR por los caminos, si es que lo permite tanta bici b twin, caminante con zapatillas, ropa técnica, bastones de montaña Quechua, y los cientos de coches cargados de familias y jovencitos enamorados. ¡Que agobio!
Mal si te sales del guión y se te ocurre decir que vamos a bajar hasta allí por allá y alguien o algo se va al suelo:
Y es que "Gallo viejo con pico mata", y de forma sutil te dicen los abuelos que te has pasado de la ralla.
Comida en terracita y vuelta para casa.
Espero veros de nuevo, Javieres.