Ecuación muy elemental la de hoy:
Jueves soleado + 180 minutos matinales libres = Moto
Voy sin rumbo establecido. Me sale la vena campera y avanzo por senderos.
Llego hasta un gran antiguo molino...
... en un guapo paraje del río Arnoia.
Ruedo junto al río y surge la inspiración: ¿Me acerco a su nacimiento?
Paso por Xunqueira de Ambia...
... y por pueblos, campos y carreteras que parecen ausentes, hago camino.
Bebo con los ojos y también de las fuentes. Traileamos por pistas nuevas.
Riobó juega al escondite, cuando lo veo entero ya quedó atrás.
Ya por carretera, con un joven Arnoia, paso por Prado.
Nos encaminamos hacia Rebordechao con la sierra de San Mamede atrayendo las miradas.
No es dificil de entender que aquí se crie muy buen ganado.
A Ermida, dicen que nunca fué una población estable, solo la utilizan por temporadas los ganaderos.
Está saltarín el casi recién nacido río. Acaba esta estética carretera en Rebordechao.
Recorro sus calles sobre la moto. Hay vecinos en patios y callejones con sus tareas cotidianas.
Me da pudor sacarles fotos robadas.
Vuelvo para abajo y tomo una pista que se eleva hacia la sierra; desde el avión es la de
la izquierda antes del pueblo.
Subimos por ella y vamos divisando el pueblo y su carretera de acceso.
La pista, al mas puro estilo trail, se va elevando. No tengo tiempo para seguirla mucho rato
pero no me apetece que llegue el momento de dar la vuelta.
Es curioso ver como el brezo se desarrolla solo en determinados estractos del terreno, los
esquistos, mas áridos, no tienen vegetación.
Seguiría subiendo hasta las cumbres... pero el reloj no sabe negociar, solo impone.
Acciono la maneta derecha. Ya detenido contemplo el monte que nos rodea.
La rueda trasera apunta hacia la sierra de San Mamede. Por ahí ya hicimos una larga ruta por
pistas con su crónica. Desde arriba, el nacimiento del río Arnoia y el pueblo así los veriamos:
Media vuelta y a bajar la pista.
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