Se preveían temperaturas muy altas, pese a ello salimos cerca de la una, sin comentarios. Al final nos salió una
ruta con un perfil mas paisajístico que motero: en casi seis horas hicimos 150 km. ¡Menudo par de grandes ruteros!
Rodamos por la "antigua" carretera de Ponferrada, disfrutando del paisaje y de la moto. ¡Nos adelantamos unas
cuantas veces!
Desvio en Valilongo hacia Pedra do Sol y suave descenso en busca de las orillas del Sil. La ruta transcurre por
algunos tramos de rally, por tanto diversión asegurada sobre el asfalto y paisaje de primera a partir de las cunetas.
El calor es sofocante, nos acercamos a unas cascadas en busca de frescor pero nos conformamos con estar a
la orilla del riachuelo. Como la ruta prometía, ya haremos este sendero en otoño.
Nos sacamos las chaquetas...Ya oigo los sermoneos de los partidarios de las protecciónes y les damos toda la
razón...pero si llegamos a llevar en el cofre chanclas y pantalón corto...no sé, no sé.
Vemos A Teixeira en su atalaya y pasamos cerca del abandonado monasterio de San Paio de Abeleda.
Cruzamos el Sil y estiramos brevemente las piernas en la provincia de Lugo junto al embarcadero de Doade.
Luego volvemos sobre nuestras rodadas para seguir por Ourense.
A la estrecha carretera le cuesta abrirse paso entre los castaños y carballos.
En el mismo punto, la perspectiva de ella y la mía:
Pasado Cristosende y entre viñedos, la Ribeira Sacra aquí es plácida; poco trayecto le queda al río para
formar su cañón entre precipicios.
El río Mao baja por un profundo tajo. Apenas se distingue el puente que lo cruza y la construcción inferior
es una antigua central donde dejaremos las motos...
... para pasear un rato por una pasarela de 1.8 km de largo, toda de madera, que recorre la parte final
del rio antes de su desembocadura. Se observa en la foto bajo la carretera.
Pese al frescor de los árboles y su sombras, el calor aprieta.
De proseguir llagaríamos a Barxacova, donde continúa el pateo. Pero volvemos a las motos, son
las 15:30 y tenemos algo de hambre.
El "trabajo" del espantapájaros es menos aburrido con estos paisajes.
Parada de Sil nos obsequia con unos bocatas de jamón, bebida y sombra.
Toca hacer la digestión sobre las motos. El camping de Parada está situado estratégicamente, con miradores,
rutas de senderismo, btt, monasterios, etc; pero le falta algo de magia. Pero sin duda, con una piscina ya
nos sentiriamos encantados. Y no la tiene.
Dado que el pastor y su perro no le hacen el mas mínimo caso a mis "reflexiones", aviso a la compi
para que coja su casco y salimos de nuevo en las motos
El pueblo de Castro se asoma al cañón. Del otro lado la parte lucense.
El mirador de Cabezoá es de imprescindible parada. Por muchas veces que hayas estado aquí
estos espacios siempre te imponen.
Un par de kilometros río abajo, el mirador de la Torre sería sublime si no fuera por una omnipresente y
zumbeante línea de alta tensión. Los que navegan por ahí abajo deben tener ya dolor de cuello mirando
el final de los riscos.
Hay mucho que ver y saborear por esta zona, pero va llegando el momento de regresar a los "boxes".
Al paso por Cachaldora se aprecia a la derecha del campanario, en el otro lado del cañon, el mirador de
A Cividade. Sus impresionates vistas ya las mostré en otra crónica.
Ya con el Miño acompañándonos subimos para casa.
La ruta queda en nuestra memoria; las sensaciones, perduran.
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Iniciado por manchi
