Por fortuna a estas alturas del siglo en Europa es bastante difícil que no halles una gasolinera a 400 o 500 kms a la redonda. También es bien cierto que pese al excelsa comodidad de algunas de nuestras loadas maquinas, rodados ya los primeros 500kms se va echando en falta algún paradible. El cuerpo pasa factura pese a su supuesta ergonómica postura, y agradece las paradas del tipo repostar, mear, tomarse algo refrescante, o un cafe, y volver a arrancar.
Contar con gran autonomía en viajes es sin duda útil, aunque en mi entender para momentos muy puntuales (viajando de noche...). Hace 31 años recuerdo haber regresado desde Chamonix a Bilbao (mil y pico kilómetros) de un tirón, con problemas de embrague en mi BMW, una autentica matada que evidentemente también repetiría en otras ocasiones posteriores, pero en verdad poco aportan estas travesías del tipo no stop para el riesgo realmente asumido.
Estaba convencido que a las motos (al menos las de carretera), se les dotaba de unos depósitos acordes a su consumo, válidos para unos 250/300kms de autonomía, para así obligar a los motoristas a parar y descansar cada cierto tiempo. Es evidente que esto también está cambiando.