El día no invitaba mucho a salir debido al calor, pero ha podido mas el mono que tenia y he salido a pasar el día al monte buscando el fresco de las alturas.
Después de aprox.15 km de pista con mucho calor y polvo, pasado Navajun, he cojido una pista que asciende bruscamente hacia la sierra de Alcarama, que por cierto se ha puesto bastante complicada debido a las tormentas de la semana pasada.




Sigo por pistas hacia San Pedro Manrique, el calor sigue siendo agobiante y antes de llegar, paro al lado del río a refrescarme un poco.





Después de unos km de carretera me he metido a explorar una pista nueva que va ganando altura y se empieza a respirar bastante mejor.





Es una bonita pista entre pinos y lo que es mejor, casi siempre hay sombra.







Mas o menos, por la dirección que lleva sé a donde voy a ir a parar y no me equivoco. Después de varios cruces, mi intuición no me ha fallado, salgo a otra pista, (esta ya conocida), y pongo rumbo a un sitio que conozco, dispuesto a dar buena cuenta de unos choricillos que llevo en la mochila.
Es el “Refugio de las Monjas”, no me preguntéis por que, pero se llama así.













La temperatura aquí era estupenda y corría un airecito que se agradecía bastante. He comido mi menú habitual y después confieso que hasta me he echado una siestecita debajo de un pino.









Luego un paseo por los alrededores del refugio, siguiendo el curso de un riachuelo cercano.

















A eso de las 6 de la tarde ya era hora de emprender el camino de regreso a casa y sin parar ni como vulgarmente se dice a mear, vuelta a la civilización y a pasar calor.

Bueno, pues así he pasado el domingo y así os lo he contado.

Un saludo