Esbozo de una ruta. Es el mapa de un pequeño tesoro: Tres horas de moto.
Celos. Algo parecido debe sentir la Fazer de la compi, se queda en el garaje.
La Honda no es tragona. Pero si no bebe algo no anda ni "patrás". Llenado de depósito.
Tarde espléndida. La moto parece ir sola.
Poco peligro parecen tener estos pacíficos seres.
Serenas carreteras rurales.
El monasterio de Oseira no se caracteriza por su modestia. Ni desde la tierra ni en el cielo.
Fachada y espadaña del la iglesia de Confurco se mimetiza con la montaña.
Tratar de encontrar palabras que expliquen las sensaciones de rodar con la moto, es perder el tiempo.
Desvío hacia monte Faro. Dudo subir, hay bastante nieve helada abajo. Contra toda lógica comienzo la subida.
Alcanzo los eólicos.... y las complicaciones.
Meneos, sustos, cruzadas, apuros. Vamos, lo esperable.
Cima del monte Faro (1181 m). Vengo caliente. Me recibe un fresco e inmóvil personaje.
Vértice geodésico, torre de vigilancia, control de aerogeneradores, antena, mirador... Una cumbre completita.
Un rato de entretenimiento con la cámara.
Hay una ermita, aislada por la nieve ahora. En fechas de la romería las promesas o peticiones dificilmente dejan a uno indiferente.
En plena dorsal gallega, sirve de límite provincial entre Lugo y Pontevedra. Van 50km de ruta y hemos pisado tres provincias.
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