Me he hecho caso, y he querido ir cumpliendo mis propósitos de primeros de año. Estoy pisteando bastante, como puse en el hilo. Lo que pongo a continuación no es una ruta, son muchas que me he ido haciendo desde que en enero comprase la XT 600E y dejase la GSR 750 en el garaje cogiendo polvo. Han pasado más de dos meses y a la pobre la tengo que coger cada dos semanas para que no se le vaya la bateríaA ver si cuelgo el anuncio en compraventa
Muchas veces hemos hablado aquí de lo que es el trail, de lo que no es, o de lo que cada uno considera que es.
Para mí es justo esto: salir temprano con una idea poco clara sobre la zona, empezar a coger curvas hasta que asoman los caminos como venas en las motañas, e ir metiéndome a explorar esas venas. A veces llego a órganos vitales de las comarcas en las que estoy y otras al portalón pomposo de un cateto, pero, en cualquier caso, estoy recorriendo senderos en los que, no sólo no había estado jamás, sino que ni siquiera sabía que existían, estando a tan sólo a unos pocos kms de casa. ¿Qué más le puedes pedir a una afición? Lo que tengo que hacer, he aprendido, es ser menos vago y coger la reflex en vez del maldito móvil, pero entonces se me hace todo muy farragoso.
Tengo dos niños pequeños que se beben mi tiempo libre, así que esto lo tengo que hacer en sorbitos muy cortos. No puedo viajar por ese motivo, y también me resulta complicado cuadrar horarios con otras personas para este tipo de escapadas, porque además los pocos del grupo con los que aún tengo contacto siguen con motos de carretera y me miran raro cuando comento mis epifanías campestres. Salir solo en monte tiene sus cosas malas, claro. No quieres apretar, porque la idea de caerse estando solo no es muy tentadora, y a veces tengo la sensación de que te estás perdiendo ese punto de picante que haría todo ya perfecto. Pero se me quita pronto, porque tengo poca experiencia en campo y cumplí los 40 hace dos meses.
Bueno, vamos a la moto: una Yamaha XT 600 E de las últimas que se fabricaron, que el dueño anterior había tenido en manteca en su garaje. 13 mil kms marcaba el cuenta cuando la compré. Aquí la susodicha ya con sus Conti Escape recién calzados. No van muy bien en pista, la verdad, pero en asfalto van genial, y tienen pinta de durar muchos kms. Ya sabemos que todo no se puede tener.
Me he quedado prendado de esta moto. Le he hecho más de dos mil kms en apenas dos meses de rutas, buena parte de ellos por pista. He tenido sólo cuatro monos viejunos: Honda XL 600, KTM 640 Adventure, Suzuki DR 650 RSE y Kawa KLR 650. Esto siempre es personal pero, para el uso dual que yo le doy, esta es la que mejor cumple con creces. Es ligera, casi que la más ligera de las otras tres, va muy bien en asfalto y en pista no va nada mal en mis inexpertas manos. Tienes 15 litros de tanque, osea, más de 250 kms de tranquilidad y deja al piloto, aunque sea grandote como un servidor, una postura distance friendly como dicen los guiris. Muy contento con ella.
Y ahora vamos a la zona. La Axarquía. Es una zona, una comarca si queréis, ubicada en la zona Este de Málaga, algunas de sus zonas lindan ya con Granada la Bella. La parte oriental de mi ciudad siempre me ha llamado más que la occidental. Es como la parte pobre. Al otro lado están Marbella, la Pantoja y tal, y tal.
La Axarquía tiene la belleza simplemente de estar ahí y ser reconocida a bote pronto. No tiene paisajes espectaculares, ni castillos de ensueño, es raro verla nevada (acaso La Maroma, su pico más alto) y se ven pocas cosas más que no sean matorral bajo, olivos, vides y algún aguacate. Pero tiene mucho encanto. Tanto, que sus lomas están pobladas de casas de extranjeros que huyen de las playas.
Me gustan mucho las crónicas que ponéis en este apartado, y flipo viendo los paisajes que os vais encontrando. Pero sabed, norteños, que un malagueño puede montar en moto todo el año, exceptuando los meses de verano, si se quiere seguir vivo y cuerdo. Y puede hacerlo a una temperatura (en la sierra) de no más baja de 9º.
Puede ir por curvas de trazados maquiavélicos sin coche alguno a la vista.
Pero sobre todo, y qué tarde lo estoy descubriendo, puede perderse en carriles eternos que unen poblaciones de la ciudad que un servidor creía opuestas en latitud y geografía. (Esto es la parte de Valle de Abdalajis, no es estrictamente Axarquía, pero es igualmente bello).
Puede volver a saborear lo que es el silencio real, en el que hay sonidos, todos distintos, y ninguno los emite el hombre. Qué felicidad más tonta sentarse por esas piedras de Dios a tomarse un bocata. Lástima que haya dejado el tabaco.
Puede reencontrase con los tonos del campo, con los colores naturales que vas perdiendo en las ciudades, con los olores a bestias, y con los catetos mal encarados que no están tan felices como tú.
Guardarrailes en pistas!
Puede uno encontrarse hasta con un río!
Si eres de Málaga, ya sabes que es más probable encontrarse con un Area 51 a la andaluza que con un río que lleve agua.
En fin, que se pega uno una ruta de estas, se tira 5 horas encima de la moto, casi 7 fuera de casa, y después de estar todo el día sólo, aguantándose a uno mismo, con lo pesao que es uno, encima se le hace tarde y le sabe a poco!
En fin, prometo coger un día que planifique un poco más la cámara y dejar de hacer fotos con el teléfono. Espero que os guste la zona. Un saludo!!