TransMarruecos 2015 - Dos Mares
2ª Etapa Figuig a Bounmid 237km:
Amaneció nuestro segundo día en tierra de Marruecos y como no podía ser de otra manera, la mañana nos quiso sorprender con.... la lluvia. Al poco de dejar las motos preparadas para la ruta del día y cuando íbamos a dirigirnos a la cafetería a desayunar nos cayo la el pulpo y no exagero nada.
Llovió durante mas o menos una hora, mientras estábamos desayunando, y en eso estábamos sin decir ni una palabra sobre lo mucho que llovía. Y es que no queríamos ni pensar que tuviéramos que alterar los planes de hoy, y tener que hacer carretera para evitar el barro y el agua.
En vez de llenarnos la cabeza de dudas, intentamos ser positivos y allí nos quedamos sentados, conversando con los que como nosotros, estaban esperando. En el camping coincidimos con un grupo de ingleses en coche, que estaban dentro de un raid organizado. Mientras el jefe daba el briefing, pudimos conversar con el guía y nos pudo un poco al día de los problemas que nos podíamos encontrar en la ruta y de los planes que ellos tenían.
Como nunca llovió, que no escampara, la tormenta y las nubes se esfumaron al unísono del cielo, y de nuestras cabezas. Con la barriga llena arrancamos con retraso del hotel, retraso que aumento mas todavía al acercarnos al puesto militar en la frontera con Argelia.
No debieron escucharnos llegar entre las palmeras que envolvían la carretera y cuando a poco mas de 20 metros se percataron de la llegada de unos guiris moteros… uf.. como se revoluciono aquello. Incluso yo diría que se pusieron en un primer momento nerviosos.
Armados nos dieron el alto, de una garita cercada bajaron corriendo en chanchas dos soldados. Y el que parecía el jefe se calo la gorra y dijo… a donde coño vais.. o algo así con no muy buena cara.
Con las misma y muy amablemente le dijimos que veníamos a mirar, a fisgonear un poco pero que ya mismo nos dábamos la vuelta y nos íbamos con viento fresco a otro sitio. En general, a todos lugareños a los que preguntamos, se les notaba muy sensibles con el tema fronterizo. Y es que la amenaza de Argelia la sienten muy presente.
Bueno al tema… salimos con retraso de Fuiguig, lo que al final nos hizo hacer pocos km ese día, y quedarnos a dormir en Bounmid.
Al salir de la pequeña ciudad, retrocedimos los km que el día antes hicimos de noche, hasta llegar a una vieja carretera que nos podía llevar al inicio de la pista prohibida ahorrándonos unos km, pero…
Nos encontramos con que a la carretera se la había llevado una crecida del rio.
Así que retrocedimos hasta la carretera principal y la seguimos hasta el comienzo de la pista, total unos 53km desde el comienzo del día. No habríamos avanzado por la pista unos tres km, cuando nos topamos con unos militares.
Mientras desayunábamos, el guía de de los ingleses en coche, nos aviso de la posibilidad de que los militares no nos dejaran pasar, pero por suerte no hubo ningún problema. Pasamos y continuamos la pista.
La pista, que discurre a escasos metros de la frontera, tiene unos 80km hasta llegar a Mengoub, pequeño pueblo por donde pasaba el antiguo ferrocarril que llevaba el hierro de Níger al mediterráneo. Resulto entretenida y bonita, la pista, con zonas rápidas y otras lentas entre pequeños oled.
Antes de llegar a las vías de tren paramos a descansar un poco y como pasa siempre en Marruecos, no paso mucho tiempo hasta que una familia de nómadas se nos acerco.
Pasamos un buen rato con ellos jajaja, eran un matrimonio con dos niños pequeños muy salados, y junto a ellos dos chicas, una de ellas joven y en edad casadera, al otra no tanto. Las dos vestían chilabas de colores alegres, adornados de bonitas costuras, bordados en el pecho y en la cabeza un pañuelo.
Estaban muy alegres y con ganas de risas, y aunque solo hablaban beréber, estaba claro que en mas de una ocasión éramos nosotros la causa de sus risas y eso nos hacia gracia también a nosotros. Para mi fue uno de esos momentos que no olvidadas de un viaje.
Dede Mengoub, donde enlazamos con la carretera que baja de Bouarfa, nos quedaban unos 130km hasta llegar a Boudnib.
Todo era carretera, que si bien al principio resulta bonita por lo agreste del paisaje( es nuestro segundo día en Marruecos) con el paso de los km se nos hizo algo pesada, y decidimos parar en Bouanane a beber algo. Descansamos y nos tomamos unas cocas y nos conectamos al wifi, alguno ya tenia mono.
Al poco rato, una vez descansamos, continuamos viaje y nada mas salir del pueblo … vimos esto a lo lejos.
No da muy buena espina, verdad. Fue entonces cuando paramos a ponernos la ropa de agua, para protegernos de la tormenta que se nos venia encima. Cuando estuvimos listos continuamos pues no tenia mucho remedio la cosa, nos íbamos a mojar si o si.
Lo que no sabíamos entonces, es que se nos venia encima una tormenta de arena y agua. Fue un visto y no visto, al acercarnos a la nube vimos como la luz se tornaba sepia y entonces sin aviso, una fuerte ráfaga de viento nos hizo tabalearnos sobre las motos.
Por suerte en ese mismo momento apareció un pequeño y débil cobertizo de caña al lado de la carretera. Y fue allí donde nos parapetamos a esperar a que escampara la tormenta.
Tras aproximadamente una hora, algún que otro rayo y mucho viento y arena… escampo. Durante este tiempo recibimos la visita de un lugareño muy majete y de su perro.
Por todo el tiempo que habíamos ido dejado por el camino ese día y por las contantes tormentas que conseguimos ir esquivando por las curvas de la carretera, decidimos que terminaríamos el día buscando alojamiento en Boudnib.
Un pueblo de buen tamaño, donde encontrar de todo menos gasolinera, pero si la hay de bidón. Como ya teníamos una base de datos de alojamientos, no resulto difícil encontrar uno, y elegimos quedarnos en el camping El Rekkam dirigido por François, aunque las almas del camping son las dos hermanas que allí trabajan. Comimos y bebimos de todo y muy bien, estupenda experiencia.