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Veterano mototrailero
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Veterano mototrailero
Pasamos delante de una finca y sorprende ver una imagen ya de otros tiempos.
¿Puedo sacar una foto? "Bueeeno....." -Es que esto casi no se ve ahora- ¿Lo qué, burros?
-No hombre, arar con ellos- "Ahh, porque burros hay muchos" -Si, muchos de dos patas-
Unas risas y proseguimos.

No habian nacido nuestros abuelos y estos castaños ya estaban aquí. Todo mi respeto
a estos arboles centenarios.

Dibujo lineas invisibles con las ruedas de la moto, luego paramos para disfrutar con calma
de las tonalidades y elementos que rodean al río.





Me desvío un rato hacia el pequeño cañon del río Mao. De lejos se aprecia su curso...

...sobre su puente hay una atmosfera fresca y rumorosa...

... y asomándonos ala barandilla vemos al causante de todo esto.

Nos dirigimoa a Abeleda. Las vides muestran sus tiernas hojas. El monasterio ruinoso
de San Paio contaría mil historias si pudiera y el pueblo emana paz.



Jugamos al equilibrio dinámico. La TA quiere eliminar la carbonilla de los escapes y me
dejo llevar por sus caprichos: Curvas, frenadas, paellas........ De esta manera
llegamos a Castro Caldelas.


La tarde va adquiriendo esas guapas tonalidades que anuncia el ocaso. Vuelta a casa
por la Ou-536.



Alto do Rodicio. Una merecida instantánea de la moto pues me ha regalado una tarde
muy relajante.


Pasamos delante de una finca y sorprende ver una imágen ya de otros tiempos.
¿Puedo sacar una foto? "Bueeeno....." -Es que esto casi no se ve ahora- ¿Lo qué, burros?
-No hombre, arar con ellos- "Ahh, porque burros hay muchos" -Si, muchos de dos patas-
Unas risas y proseguimos.

No habian nacido nuestros abuelos y estos castaños ya estaban aquí. Todo mi respeto
a estos arboles centenarios.

Dibujo lineas invisibles con las ruedas de la moto, luego paramos para disfrutar con calma
de las tonalidades y elementos que rodean al río.





Me desvío un rato hacia el pequeño cañon del río Mao. De lejos se aprecia su curso...

...sobre su puente hay una atmosfera fresca y rumorosa...

... y asomándonos ala barandilla vemos al causante de todo esto.

Nos dirigimoa a Abeleda. Las vides muestran sus tiernas hojas. El monasterio ruinoso
de San Paio contaría mil historias si pudiera y el pueblo emana paz.



Jugamos al equilibrio dinámico. La TA quiere eliminar la carbonilla de los escapes y me
dejo llevar por sus caprichos: Curvas, frenadas, paellas........ De esta manera
llegamos a Castro Caldelas.


La tarde va adquiriendo esas guapas tonalidades que anuncia el ocaso. Vuelta a casa
por la Ou-536.



Alto do Rodicio. Una merecida instantánea de la moto pues me ha regalado una tarde
muy relajante.


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