Día 7: Zagora - Boumalne Dades
Esta era una etapa corta, solo 180 km y si ninguna dificultad... así que todos a las motos!!!
De salida encontramos tramos de asfalto que intentamos evitar en la medida de lo posible. Cada año hay más, lo cual es normal ya que muchas de las pistas por las que vamos son vías de comunicación que unen poblaciones entre sí. De todas formas, enseguida tienes la sensación de estar perdido en mitad de la nada.
Segundo pinchazo del viaje. Un llantazo en mi rueda delantera a pesar de llevar 2,2 bares de presión. La próxima vez me plantearé seriamente poner moosse en la rueda delantera.
Parece increíble, pero en mitad del desierto más árido el agua causa estragos. La pista desaparecía en varias ocasiones obligándonos a seguír sobre el cauce del oued. En este caso solo había piedras.
El baúl del Land Rover iba hasta arriba de ropa, calzado y material para el cole. Seguro que resulta de mayor utilidad allí que en el trastero. En el Átlas más que en el sur, las condiciones de vida son muy duras y la gente agradece cualquier tipo de ayuda.
De nuevo nos encontramos la pista muy rota y tramos que han desaparecido.
Hasta aquí resultó ser más duro de que se esperaba. Superada la última dificultad, nos dirigimos hacia Nekob para coger una de las pistas que nos llevarían al Tiz n´Tazzazert, en el Jebel Saghro. Un puerto de montaña con unas vistas espectaculares, de las más espectaculares de Marruecos diría yo.
Tercer pinchazo del viaje causado por un clavo. Con el trabajo que costó meter la Mitas E09 nueva en la llanta trasera de la 990 iba temiendo el pinchazo. Finalmente no fue para tanto. Destalonamos fácilmente con la pata de cabra de la BMW y el montaje resultó sencillo.
Ya en el alto hicimos una parada para tomar algo y disfrutar de las vistas.
A partir de ahí la pista que lleva a Boumalne Dades no tiene ninguna dificultad y llegábamos enseguida a nuestro destino, pero... la 990 que no había dado mucha guerra a lo largo de los dos últimos días, decide pararse para no volver a arrancar justo en el parking del hotel. INCREIBLE!!!
Como todo apuntaba a algún fallo de inyección prácticamente fuimos directos a la bomba del combustible. Efectivamente estaba K.O. Al dar el contacto no se ponía en marcha. Los fusibles estaban bien. Se quedó sin batería enseguida pero teníamos cables a mano. Quitamos el depósito izquierdo y desmontamos la bomba. Al darle corriente directa tampoco se puso en marcha.
Lo bueno de llevar dos motos idénticas es que se pueden hacer pruebas bastante fiables para dar con una avería por descarte. Desmontamos el depósito izquierdo de mi moto y lo montamos en esta. A parte de que la bomba hizo el sonido característico al dar el contacto, la moto se puso en marcha nada más rozar el botón de arranque.
Total, que la bomba había venido dando fallos durante más de mil kilómetros y se fue a romper en la puerta del hotel. Eso fue una gran suerte, dentro de la gravedad del asunto. Pero no acaba todo ahí, además nuestro piloto favorito tenía pensado separarse del grupo al día siguiente y prolongar su estancia durante una semana más en Marrackech, por lo que en principio tenía margen para intentar solucionar la avería. Me sigue pareciendo increíble!!!