Compramos más inconscientemente por la vista que por otra cosa, no nos conformamos con cualquier cosa, queremos una moto grande con estética impresionante y cuantos más caballos mejor, independientemente de si será mejor o no para nuestros fines,
en estos casos se cumple el refrán: Caballo grande ande o no ande.
Aunque sean preferibles 20 kg de menos que 10 caballos de más, todo el merchandising o look de moda imperante en el mercado es un difícil obstáculo a salvar en pro de la máxima eficiencia.
En fin, en una remota aldea gala resisten unos valerosos galos.