El segundo punto de interés era el antiguo ex-penal de Quito, el penal de García Moreno. Para llegar hasta aquí, si antes habíamos subido por la avenida de los libertadores, ahora había que bajar al mercado de San Roque por la avenida de la Libertad. Fijaos en esta foto: justo donde está el poste, en lo alto de la colina, se ve una estructura de cemento que sobresale allá a lo lejos. Eso es el templo de la patria, y le bajamos por el barrio que se ve a la izquierda de la foto:



En este penal mataron a Eloy Alfaro, el primer presidente liberal del Ecuador, de finales del siglo XIX, que trajo progreso, dicen, encarcelaron y las propias huestes quiteñas sacaron de la cárcel y lincharon. Este penal ha estado funcionando hasta hace muy poco, y era una cárcel muy latinoamericana: con tiendas, peluquerías, un jefe por cada pabellón, al que había que pagar una entrada para poder estar en el pabellón, teles de plasma, gimnasios en algunos sitios, drogas, muerte, chantajes y sobornos (no sé cómo será ahora en la carcel nueva de Latacunga, si eso ya acabaría, pero por lo menos es más nueva...). La verdad es que es sobrecogedor visitar un sitio así, y escuchar las anécdotas del guía. Nos contó que en esta celdita podían vivir entre 10 y 20 presos (privados de libertad, les llamaba el guía).

El año pasado fui a ver un documental sobre este penal, al que le llaman el panóptico por su estructura de cinco pabellones alargados que salen de un centro (la bomba) desde el que se pueden vigilar los pabellones y sus patios asociados. Hace muy poco de cerraron esta cárcel y trasladaron a todos los presos a Latacunga. Dicen los vecinos de Latacunga que antes era tranquilo pero que ahora con la cárcel vienen los familiares y arman follón en la ciudad. El caso es que como no podían avisar a los presos cuándo se trasladaban para que no hubiera riesgo de fugas, de un día para otro les dijeron "recojan sus cosas, nos mudamos", así que casi que abandonaron sus enseres y propiedades, y las celdas simplemente se vaciaron de gente, pero no de las cosas.



Este es el pabellón B, donde estaban los narcos; tenían gimnasio, se podían comprar celdas y según nos dijeron en esta pared tenían una tele gigante de plasma donde veían los partidos, pero luego cada uno tenía su tele también en la celda. Si os fijais en los pisos superiores hay unas tablas que supongo que servirían de puentes. entre pasillo y pasillo.





Las puertas de las celdas tenían mirilla, y además no sólo se cerraban por fuera, sino que por dentro también se podían cerrar:



Esto es una celda por dentro:







Uno de los patios:





Es curioso las cosas que uno puede visitar....