En esta vida todo son mantas cortas; si nos tapamos la cabeza se nos quedan los pies al aire. A menos que nos llegue para más de una manta hay que tomar decisiones. Al final de todo se trata de ser feliz.
Os dejáis también valorar el subidón que da pasar una zona complicada con un monstruo de más de 200kg que pasada con una enduro no es nada. Y es que las motos gordas convierten una pista accesible en un desafío.
Este finde tampoco he podido salir y por eso estoy escribiendo aquí, frustrado. El finde que viene no perdono.