Y lo cierto es que esta etapa es la que se lleva el tanto por ciento más elevado de asfalto. Curioso porque es la más alta, la que baila más con la montaña y la que a priori tendría que ser la más abrupta y hostil, pero, a falta de pulirla y trabajarla, es la que más negro tiene.
Se hace pesado el tramo entre Bellver y el inicio de la pista. Se me hizo un poco desesperante. Y luego, el tramo marrón se nos antojo corto, suerte de la aventurilla del Pic Negre, sino, realmente, nos hubiera parecido aburrida desde el punto de vista trailero.
Y atravesar Andorra, pues eso, es Andorra, y siempre es un pelín "exitante" lo de moverte por otros paises, aunque sea de manera tan vanal como esta, y partirlo de esta forma pues oye, le da su punto de gracia. Entrar por el Este y salir por el Oeste, partiendo un país por medio, pues no lo puede hacer cualquiera no?? jajaja.
Realmente el tramo entre la Rabassa, todo bajada asfáltica con paellones de 180 grados, curvas enlazadas lentas y rápidas, y la subida al Coll de la Gallina con pendientes de hasta 15 grados con retorcidísimos giros y rodeados de un auténtico oceano verde, no nos pareció un menu nada despreciable aún siendo su color negro. Fue divertidísimo hacerlo a bordo de estas dos come curvas y ciertamente, para nada nos acordamos de la escasez de baches, hollos y saltos que vinieron después.
Y llegar al Refugio al atardecer, es el premio. Parar las motos, chocar las manos por la faena bien hecha y tomarnos una fresca cerveza comentando la jugada, es de recuerdo. Y así se nos ha quedado gravado. Es la mejor recompensa, el recuerdo de esos momentos. Este ya no nos lo quita nadie..