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Veterano mototrailero
Hacia ese monte pelado vamos a subir.

La carretera es divertida. Hay quien piensa que una marca o modelo concreto les impregna de un determinado caracter o status. Entre el sabor de las curvas y el aroma del paisaje celebro que la moto se compenetre conmigo y no al revés.


Estamos en el alto de San Fins (672m) con vistas a dos países. La sobria capilla data del siglo XV y por los restos aquí encontrados cristianiza una zona ya usada por culturas anteriores.


A mas moto y disfrute mas rapidamente corre el reloj. Bajamos, eliminamos los puntos de interes que hoy no da tiempo de visitar. Menos uno.
Mediante un giro de llave corto el chisporroteo de las cuatro bujias y los pistones en V dejan de balancearse. Estamos en el santuario de Santa Marta de Ribarteme. Es final de Agosto.

Si hubiésemos venido un mes antes nos toparíamos con esta impactante escena:

La procesión del 29 de Julio es la manera que tienen los fieles de agradecer la intervención milagrosa en su curación o en la de algún familiar gravemente enfermo. Finalizada la eucaristía donde se pide por los enfermos, los devotos que abarrotan la iglesia tocan las campanas y salen a su singular paseo, metidos dentro de ataúdes abiertos.



Santa Marta fue la hermana de Lázaro y por eso, según la tradición cristiana, es la protectora de los que están en peligro de muerte.


Los ‘amortajados’ lo hacen por devoción y para agradecer el milagro de estar vivos, normalmente porque se han recuperado de una enfermedad de vida o muerte. Supongo que antes también le darían las gracias al personal sanitario o terapeutas alternativos.


Hay escritos de hace 300 años que ya citaban esta procesión.

En el caso de niños pequeños, el blanco féretro es portado en la cabeza por la madre, aunque hay constancia de que antiguamente los ataúdes infantiles eran transportados por los mismos niños.

La procesión es seguida por otros penitentes que, en caso de no querer ser transportados en ataúd, cubren sus ropas con un sudario y caminan portando una vela tras la imagen de la Santa que también acompaña a los féretros durante la procesión.

Detrás de cada “ofrecido” hay una historia diferente: un accidente de carretera, un naufragio o alguien desahuciado por los médicos. En todos los casos escaparon de la muerte y ahora cumplen la promesa.

Al terminar este particular funeral de los vivos, los devotos recobran el aliento a base de cerveza, vino, pulpo y churrasco.
Solo con relatarlo asola una extraña sensación. Estar aquí el día 29 de julio debe tener su miga.

Abandono la zona por un bosque de eucaliptos preguntandome si de esta madera se hacen tambien los ataudes, Realmente salgo algo descolocado.

La monótona autovía no ayuda, precisamente a desenchufar de esta última parte de la ruta. Pasar bajo tierra, aunque sea un túnel, nos sugestiona para luego sonreír dentro del casco recordando a....

...los que se bajaron del ataúd para ir al bar 
¡Viva la vida!
Las fotos con marco negro son de la red. Gracias a sus autores.
Última edición por Carlos75; 11/09/2017 a las 15:22
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