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Ya lleva tacos
Dia 30. Jueves 18 de mayo 2017. Mashad.

Ultimo día en Irán... Y ya lo echo de menos. Hoy no debería estar aquí, ya que mañana es día de elecciones presidenciales y me había hecho el propósito de poner distancia entre las urnas y yo. Nunca se sabe lo que puede pasar o como se puede desarrollar el tema, así que mejor estar fuera.
Igualmente mañana expira mi visado, y era buena idea tener un pequeño margen por si tuviera un problema hasta llegar a la frontera, pero debido a los acontecimientos de ayer en el consulado de Turkmenistan sigo aquí.
Llevo 9 mil kms de viaje, así que decido buscar un taller para cambiar el aceite a la moto. Con la BMW no tendría problemas, pues al llevar el embrague en seco le sirve cualquier aceite, pero para la tenere será mas complicado, pues necesito uno especifico para moto y aquí todo lo que tienen son dos tiempos.
Doy unas vueltas y localizo sin dificultad un taller, pregunto por aceite de moto y doy a la primera, otro dia de suerte.

Le pido tres litros y permiso para cambiárselo yo mismo, a lo que no me pone ningún problema, me deja una bandeja y me lio al tema. He salido de casa con dos filtros nuevos y aquí utilizo el primero. Lo siento, pero aunque Yamaha cambia el filtro cada dos cambios de aceite a mi eso mi religión no me lo permite.



El amigo del taller me descubre con mucho orgullo una faceta para mi oculta hasta ahora en el país. Sabiendo que las motos de mas de 250 cc están prohibidas y habiendo visto solo utilitarias de ciudad no caigo que la afición a las dos ruedas no entiende de idiomas ni fronteras.
Ese es su tesoro

Me llevo una garrafa de aceite vacia de 4 litros, en caso de necesidad aumentaré mi autonomía en casi 100 km mas. Menudo Jerry can con tan poco glamour que me he apañado. Bueno, en unos días ya veré que los hay peores.
No creo que sea necesaria, pero la semana pasada unos motoristas me comentaron que en el norte de Turkmenistan había escasez de gasolineras, de todas maneras cuando no la necesite la puedo dejar en cualquier lado.


Tambien he aprovechado la mañana para lavar la moto, la pobre estaba que conducía sola. He leído que en Turkmenistan son muy estrictos con la limpieza de los coches, es obligatorio tenerlos limpios, y aunque no se como afectará eso a un extranjero no quiero tener que dar explicaciones por ello.
Eso si, el tio del lavadero me ha arrancado los adhesivos reflectantes de las maletas con la pistola de agua a presión, no ha dejado ni uno el muy campeón, pero de frotar nada de nada …

Finalmente con la moto limpia y el aceite nuevo zanjo el tema y sigo a lo mío, que es callejear.
Busco para cambiar algo más de dinero y logro deshacerme de las liras turcas que arrastraba desde hace tres semanas, pues al ser una ciudad de peregrinación en las casa de cambio casi que aceptan hasta los doblones castellanos… todo es dinero y a mi me da una alegría.
Hora de comer algo y regreso al hotel a descansar un rato, que hace calor.

Al salir vuelvo al mausoleo, pues no quiero marcharme de la ciudad sin vivir de nuevo todo lo que vi ayer.
Esta vez en el acceso han sido más exhaustivos y localizan mi navaja multiusos, pero sin problemas me indican donde está la consigna donde debo dejarla. Cambio de puerta de acceso y ahí no se percatan ni de la navaja ni del paquete de pistachos que llevo en el bolsillo.

De nuevo a deambular por las plazas y salas de oración observándolo todo.




























Unos pinchos de regreso al hotel, y como no puedo resistirme me llevo uno paquete de pastelitos para el viaje que retomo mañana.



De camino encuentro que están cortando las calles, son pilonas de cemento por donde no se cuela ni un gato, así que empiezo a sufrir pensando en cómo lograré salir mañana de la ciudad.


NOCHE EXTRA HOTEL 1.200.000 RIALS (32$)
ACEITE MOTO, 3 LITROS 800.000 RIALS (21$)
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